Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.
«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»
Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Ilustradora. Buscadora, viajera, siempre cambiante. Contadora de historias en este viaje ilustrado.
La semilla del canto de fuego
El nuevo traía otra escuela. El primer día de clases llamó la atención de un codiciado grupito de alumnas, lo que provocó una…
Los matices de la pena
Amanece en color sentencia de muerte: oliendo a madre agonizante de aflicción y familia y amigos avergonzados. Quedó por ahí, una noche rancia…
Luz de noche
Voy a encontrarme con un yo que no sé cuándo perdí. Espero aún esa epifanía que ilumina a kilómetros de distancia entre nubes…