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Despojo

El sargento miró detenidamente el cadáver que tenía enfrente: no quería reconocer a nadie en ese rostro quieto pero no podía evitarlo, después de todo la había querido a escondidas suficientes años como para hacerle el feo ahora. Había muerto pocas horas antes, podía verlo en la suavidad de su cuerpo. El calor de la habitación había acelerado el proceso de descomposición, llenando el espacio de un aroma pútrido y persistente. Todo en el lugar contrastaba con sus recuerdos, pero el aroma en especial le hizo pensar en cómo la extrañaría. Las manchas de sangre en la pared, los muebles fuera de lugar, los cristales rotos le indicaban que no había sido fácil, que la lucha había sido extensa; pero la posición del cadáver y los cortes en sus brazos le decían que ya descansaba en paz.

El sargento ordenó a sus subordinados que revisaran el resto del lugar. Una vez a solas, se hincó junto al cadáver. Le palpó el rostro, los senos.

—Si te hubieras ido conmigo no estarías así, flaca —dijo el sargento para sí mismo y sonrió con cierta satisfacción, como si algo se hubiera liberado dentro de su pecho.

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Músico, escritor, lector, cinéfilo, melómano, hijo, primo, hermano y amigo nacido en la ciudad de México un hermoso y soleado miércoles 29 de febrero de 1984. Gusta de todas las formas de la imaginación y del humor sin discriminación alguna. También disfruta ocasionalmente de una buena novela policiaca. Sostiene que la escritura literaria es una búsqueda donde la voz del escritor debe ser la única constante. En alguna reunión llegó a afirmar: “Puedo suscribirme a cualquier corriente de pensamiento, siempre y cuando sea lo bastante corriente”. No ha recibido ninguna distinción literaria, pero ha otorgado dos títulos de “Abuela Honoris Causa” hasta el momento. El primero a Susan Sontag por su labor crítica y, sobre todo, por esta fotografía; el segundo a Wisława Szymborska por su obra poética y por la persona que imagina detrás de esos poemas. Participó en el proyecto de investigación de literatura policiaca “Crimen y ficción”. Actualmente escribe una columna mensual de cine para la revista Síncope, mantiene el blog “Antología (no tan) arbitraria de textos” y toca la guitarra en la banda mexicana de swing Cotton’s.
Soy grafitero, autodidacta. Empecé a pintar hace aproximadamente 4 años de manera ilegal, para luego enfocarme en pintar de manera un poco más elaborada. También fui buscando algunas alternativas nuevas hasta llegar a la ilustración digital. Mi trabajo está basado en lo místico y religioso, en dualidades y deidades. Técnicamente me gustan las cosas mixtas y poder jugar con varias herramientas en un solo proyecto, pero sólo me gusta si es análogo. En mi trabajo digital me gusta usar únicamente la computadora, sin ninguna técnica extra.
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