Skip to content

El Frankenstein del romance

Puedo vivir sin corazón si te lo doy porque estamos conectados. Y si mis ojos te los pudiera dar, también. Vería todo desde los tuyos. Es necesario comprender el compromiso de dos seres que sienten simultáneamente como uno solo para saber a ciencia cierta lo que se siente. Si alguien más me toca, lo sabrás enseguida. Si alguien me besa, lo sabrás al instante. Si alguien me golpea, sentirás dolor. Mezclarnos en un vaivén de emociones/visiones/experiencias e intercambiar nuestros órganos vitales una y otra vez. Podría matarnos, ya se ha muerto gente de eso. Es el riesgo de amar invadiendo hasta el rincón más privado de los cuerpos que dos seres humanos esperan comprender al fusionarse. Regálame todo. Sírveme para todo. Cómeme todo. Volvámonos el vuelo del ave mas valiente, dejemos que el sol queme nuestra piel conjunta de Ícaro peligroso.

Loading
Soñador. Escritor con los ojos abiertos. Mirada en la espalda. Aprendió a vivir las calles, los buenos tacos y el sudor de las mujeres. México es un puñal clavado en su espalda.
Suele dibujar situaciones autobiográficas y momentos sensibles e imaginarios que la han llevado a tener un mundo paralelo. Ama el arte en cada una de sus expresiones y a los que viven para crear.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Dulce amor

Grasa

Nos costó mucho trabajo hacernos, acostumbrarnos. Los días para mí, habituado a levantarme al alba e irme a la cama en cuanto la…

Volver arriba