Skip to content

Navegación

Encima de mí eres tormenta, olas, huracanes, mareventos. Y yo, debajo de ti, soy un barco enorme con las uñas a la pendura, con las piernas a la deriva, con la quilla húmeda y salada. Pasas sobre mí con rapidez en verano y lenta cuando las costas están hinchadas de tintas preciosas. Bailo si me permites virar al Norte hasta topar con el malecón donde ríes, donde desembarca la raíz de un relámpago, donde abandono y mueren mis ancestros.

Encima de mí me haces sentir un barco firme de fuerte popa, dura cuaderna, seguros lazos, brillantes cañones, gruesa palmejar. Pueblas con estrategia mis cámaras, la prisión, el cuarto de máquinas, los faros principales. Te extiendes y abres sobre mi verga, frente al trinquete, en el velamen, haciendo tumbar la nave. Te detienes a escuchar cantar a la tripulación una canción alegre o infantil aunque yo sé que sufren y extrañan.

Encima de mí no piensas en el poder del océano, ni en la profundidad del arrepentimiento. No tienes mapa alguno que nos dé una pista, no importa naufragar o ser raptados por piratas. Encima de mí lo de menos es naufragar, trozar el timón, amotinarnos con lealtad y malicia para caer en medio del Mar del diablo para descansar.

Encima de ti soy un barco de papel infantil a la deriva.

Loading
Escritor. Editor y librólogo de lunes a domingo, trabajo desde el balconcito de mi casa, al lado de las dueñas de mis quincenas. Escucho música todo el día y como a mis horas. No me gustan las mascotas que puedan dejar pelos.
Ilustrador. Ilustrador amateur de tiempo completo.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Volver arriba