En una vida anterior fui encargada de un videoclub en Ciudad Juárez, actriz de teatro: bolero, ángel, diabla, preciosa ridícula, cantante, abogada, mujer fatal, vividora, loca, desahuciada, princesa, bruja, rata bailarina, niña, niño, tortuga, anciana…; modelo, ayudante de un mago y faquir, vendedora de amuletos cósmicos en ferias del pueblo, vendedora de tiempos compartidos, asistente de un psiquiatra bebedor, mesera con escote amplio, telefonista de call-center, paseadora de perros, guionista, correctora de estilo, redactora publicitaria y estratega de contenidos web. Ahora vivo reencarnada en mí.
Antiguo, no extinto
El dinosaurio que camina lento –absurdo, atento y exuberante–, tenía pendiente una visita con el tiempo. Paso a paso emprendió un viaje sin…
Caída libre
A veces en la noche cuando todos duermen y me siento solo, prendo la luz para que me acompañe mi sombra. Entonces me…
El cuarto del pintor
Lo que sucede, pasa en el cuarto del pintor. Las arrugas ciñen el cuerpo de la modelo y los perros se hacen tersos…