La esencia de Deletéreo: textos cortos ilustrados para beber, viajar, reconstruir neuronas y leer todos los días.
La sonrisa idiota de los mártires
Las chicas tenemos una horma que nos define, venimos con un rosado laberinto impreso de fábrica, estandarizado por los derroches del creador y…
Lluvias de agosto
Flota sobre el agua la flor, y río abajo la tarde desciende mañana los árboles silbarán en el incendio, ¿o será otra apacible…
Ante el banquete
Sé mi Salomé. Arrópame. Baila y bebe y susurra mi nombre mientras inscribo tu nombre en el nombre de todas las flores. Te…
El ladrón de palabras
Esto comienza una tarde de verano —llueve— y en mis adentros no tengo la más mínima idea de cómo comenzar este texto. Doy…
La mesa está puesta
Despiértame con tu indecisión. Soy nueva en esto, ¡maldita sea! Soy tú. Verás esa mirada en mis ojos; tal vez pienses que quedo…
Los dos minutos
Se sienta siempre ahí, en el sillón rojo lejos de la ventana. Es el lugar más cálido de la casa. Ahí puede pensar…
Solar
Camino. Zancada a zancada desprendo el suelo bajo los talones. Desplanto sigo avanzo giro. No me muevo. Doy un paso y el mundo…
Perro con collar de perlas
Supongo que aún te cuesta algo de trabajo caminar con esos tacones, pero te sienta muy bien la comodidad de ese collar de…
Imposibilidades biológicas
Se dice que revivir a los organismos muertos es una improbabilidad. No es que los humanos lo estemos, o al menos no clínicamente.…
La terrible y trágica pero a la vez cómica historia de un hombre incapaz de matar a su esposa
Nunca he estado feliz, nada me embona ni me acomoda. Aquella noche estaba triste, tan triste que todo a mi alrededor apestaba, las…
Buena estrella
Karina es una de esas personas que nació con estrella. Buena en todo lo que se proponía se constituyó como artista y diseñadora…
La sed inextinguible de los extramuros
«Van ganando uno cero. »Mira negrito, definitivamente no hay lugar más cómodo en el cuerpo para sostener un cuchillo que entre las nalgas,…
El peso del linaje
El infierno me parece un sitio digno de recordarse: sus interminables horizontes devoradores de luz, las hermosas cascadas de fuego, el río llameante…
Adios
Entonces quién o qué se mueve en todo este «final» si a la hoja seca por el suelo no la mueve el viento…