Me acuerdo de mí. No es desde un paisaje que podría o no despertarme la nostalgia. Tampoco es el gastado recuerdo de una juventud pasada, ni los sueños tan deseados que, sólo por ser sueños, los deseaba. No viene, este hedor de mí, de ninguna coladera abierta que yo haya dejado destapada por descuido. No es este un momento reflexivo que haga recuento de las victorias para, al fin, sólo jactarme de las pérdidas. No son mis horas perdidas, ni las sobras de una vida en vías de caducar. No es una herida rencorosa por sanar. No es nada de mí esta cueva abierta que me lleva a mí.
Escritora. Mar de nervios en esta carne contrahecha. Sentir, sentir, sentir. Y de ahí pensar. Y así decir. Y en todo eso vivir. Vivo colgada de la parte baja de la J en la palabra ojalá.
Personas que quizá conozcas
Desde aquella última vez que me dejó con los labios estirados, como quien estira la mano esperando un saludo, no nos habíamos visto.…
¡Grrrrr!
No juegues a ser monstruo, no te queda ese color. Si supiera que puedes asustarme con tus artimañas habría comprado un escudo protector…
A puerta cerrada todo adentro
Yo sólo esperaba a que salieras del baño. Espero con la mirada fija abarcando toda la puerta, las pupilas memorizando cada veta de…
Incertidumbre
No me digas que siempre eres el mismo. Que el mismo que despierta junto a las deudas es el mismo que se duerme…