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Shots de literatura ilustrada. De nosotros para ustedes, con amor.

Lluvia de ideas

Obstáculo

¿Carece todo de sentido? Los árboles pierden hojas. Primer verso. Tacha. “Inconexo” al margen. Mira el charco de flores de jacaranda por la ventana, y cae en cuenta de que “charco de flores” al menos no es una obviedad. Y la pregunta retórica… “Si puedes responderla con un simple ‘no’, entonces no preguntes”. Arranca de nuevo. Esos troncos casi sin vida florecerán en el verano. Golpea la página tres veces con la punta del lápiz.…

Atonía

Obstáculo

Lo reconocí mucho antes del amanecer. La luna entraba voraz por la ventana, pero no lo iluminaba; lo sentía aunque no pudiera verlo. El cuerpo se me deslizó de las cobijas, revueltas bajo su peso y el fuelle de su aliento entre mi cuello y mi oreja. Intenté levantarme. Voluntariosos, mis brazos se cruzaron y me prendieron contra la cama; mis piernas quisieron saltar y terminaron desperdigadas y plomizas; mi garganta empezaba a abrirse en…

Sin nostalgia

Obstáculo

Me acuerdo de mí. No es desde un paisaje que podría o no despertarme la nostalgia. Tampoco es el gastado recuerdo de una juventud pasada, ni los sueños tan deseados que, sólo por ser sueños, los deseaba. No viene, este hedor de mí, de ninguna coladera abierta que yo haya dejado destapada por descuido. No es este un momento reflexivo que haga recuento de las victorias para, al fin, sólo jactarme de las pérdidas. No…

Ambiciones mundanas

Desafío

Sereno, sereno: recuerda tu clase de yoga, respira tranquilo, mente en blanco. Sí, mente en blanco, inhala lento, exhala largo… ¡A la mierda, qué! “Respira lento” mis cojones. Para una chingada me sirvieron todas las putas clases a las que la acompañé nada más por verla sudar en shortcitos. Y vamos por un pan de muerto de matcha y una chapata de kale; y ahí va el pendejo a aguantarse las ganas de vomitar por…

In memoriam

Shots

A pesar de lo que dice aquella placa, Fernando Rabadán murió sobre una cama de hospital en compañía de Norberto, el único de sus hijos que había querido verlo. Nada le preocupó más durante esos minutos finales que volver a ver a Marcela, quien lo había dejado años atrás sin explicación alguna. Fernando había recordado día con día una conversación que sostuvo con ella: se habían prometido, un tanto al aire, reencontrarse en la entrada…

Mucha mierda

Aparato

Desde aquel piso 14 supervisaba al ejército de palomas mensajeras encargadas de llevarte una señal de mi inagotable furia. Debido a la tensa misión del día y un tanto por necesidad fisiológica, una paloma medio regordeta y poco hábil, soltaría la presión del momento a través de una astuta carga de caca, cayendo así en tu hombro por mera coincidencia gravitacional. En ese momento, la misión habría llegado con éxito a su fin. Tú en…

Posmodernidad

Desafío

Todo es posmo. Hoy es posmo. Posmañana, posTierra, pospersona, posponerse de vuelta en la calle con tal de tener algo que defender. Poslucha, posmolotov. Postergar la tranquilidad y el disfrute porque poshay que salir. Posiblemente no vuelva… eso digo siempre. Pero ya luego estoy de nuevo en casa esperando para estar otra vez en la calle. Posverdad que no hay mucho más que hacer que defender la poslibertad. Pos te digo que así empezó todo:…

Las escondidas

Obstáculo

Este es el juego: me escondo y me buscas. Luego, tú te escondes y te busco yo. Luego, los dos nos escondemos y nos busca él. Y cuando es su turno, hay que agacharse muy bien. ¿Te digo qué me sirve a mí? Enroscarme mucho y hacerme lo más chiquito que pueda. Me hago un caracolito que se retuerce sobre sí mismo y aprieto los brazos contra el cuerpo, contra las rodillas, contra los dientes,…

El niño de la mochila naranja

Obstáculo

Creció en una hermosa y atenta familia de clase media. Nunca le faltó nada y sus padres se esforzaron para que disfrutara cada momento de su infancia, para que probara y abandonara tantas disciplinas y aventuras como quisiera, para que leyera y conociera el fundamento de las religiones y las diferencias históricas y humanas detrás de cada piel. En la escuela no le fue mal, sus profesores fueron siempre respetuosos y dedicados. Le enseñaron a…

EY II

Vergüenza

La naturaleza no es amable El sabio no es amable La naturaleza no pregunta, toma El sabio se pregunta y toma: ¿El sabio no es amable? ¿La Naturaleza no pregunta, toma?

La casa del nopal

Desafío

Para el ojo que no ha visto mucho, todos los nopales se ven iguales. Ahí parados, sembrados en la tierra como cualquier otra planta. Ni siquiera son tan bonitos, dirían muchos. Pero dicen eso porque no han visto bien de cerca al nopal. Ve ese que está ahí, el último, el que parece solito. Ese nopal está muy crecido y ya nadie lo va a cortar. Hay nopales así, que crecen tanto, que se quedan…

EY!

Desafío

Hemos venido a afligirnos. Cuando el sol florece, cuando no se nubla la vista y todos los arboles sonríen. A preguntarse por qué las hojas tiernas se caen. En la noche las viejas estrellas espantan a los grillos. Pero todo esto es vanidad. No por viejo el árbol no cae por el huracán que nació ayer. El viejo necio canta sin ser cenzontle y mi pluma lo llena de temor. Pero mis flores no tienen…

La salvación de las ánimas

Desafío

Por bando real, el contacto quedó prohibido: el abrazo, el roce, la caricia, los rasguños fueron eliminados del catálogo de la vida cotidiana. Un pueblo de natural seco se volvió árido en una tarde, y su gente se apagó antes de que entrara la noche. Nadie negaba las pías intenciones del bando ni su buena policía, pero ninguno estaba de acuerdo con la ferocidad de los serenos y sus chuzos. Apenas hombre y mujer caminaran…

Reírse a la cara

Vergüenza

Frente al espejo, todo puede salir mal. Puede, porque hay espacio. Lo respetable del error es verme a la cara. Y ahí, de frente a mí misma, sólo queda verme. Verme y decir: hay error y hay juego. Hay una cara que está frente a mí y que la muestro. Porque es mía, porque es cara. Porque soy yo. Sin sumisión posible frente al espejo. Una belleza desnuda y desvergonzada hasta el gozo. Y reírme…

Con su abrigo de señor correcto

Vergüenza

Mauricio era un tipo respetable. La gente respetable no se equivoca. ¿Qué hay de respetable en el error? No, no, no. El caso es que un día Mauricio se equivocó. Una mañana cualquiera, andaba por la calle con su abrigo de señor correcto; con la pinta de dignidad que dan los sombreros y los paraguas a los ingleses de las películas viejas. Y en esa misma calle, el error se le atravesó disfrazado de bache.…

Capa sobre capa

Vergüenza

Practica artes marciales, para defenderse, para defender, para saberse poderosa. No es inusual verla en las distintas asambleas de la semana (Martes, charla “Patriarcado y semiocapitalismo” 20:00 | Miércoles, taller “Cuerpa y performance: arte después del poder” 17:30 | Viernes, conversatorio “Dignidad y trabajo sexual”, fiesta). Tiene la garganta gastada de gritar consignas y la rabia. El morado se ha vuelto su color favorito, o el que viste con más frecuencia. Esa red, cómplice y…

Hijo mío, madre mía

Vergüenza

Cuando vi que mamá había descubierto lo que había hecho agaché la mirada. Ver su cara de desilusión y la negación que hizo con la cabeza me hicieron sentir triste, sin embargo no dije nada y esperé a que llegara la noche para que reuniera a la familia y el culpable terminara descubierto, pero nada se dijo en la cena. Para cuando intentaba dormir escuché una fuerte discusión entre mi hermana y mamá, al parecer…

El cuarto del pintor

Vergüenza

Lo que sucede, pasa en el cuarto del pintor. Las arrugas ciñen el cuerpo de la modelo y los perros se hacen tersos en el peso del impasto. Los rostros que son lisos están invadidos por ojos gigantescos. Hay pares en el cuarto del pintor: ojos y testículos. Y alguna teta salta fuera de una bata (el tercero siempre mete un contraste). El blanco, en las texturas y en los testículos, es importante en el…

Vergüenza familiar

Vergüenza

I Mi padre nos mira un tanto avergonzado, como si le hubiéramos fallado todos y cada uno de nosotros cinco, sus hijos, sus quintillizos. Puedo imaginarlo colocándonos en el mismo costal, uno sobre otro, para decirnos: «No me lo esperaba de ustedes» y arrojarnos lejos con justa razón. Pero mi padre no habla, al menos por ahora. II «Este de aquí es su padre», nos dijeron nuestros tíos y nuestra madre el día que regresó…

Perverso

Vergüenza

Yo sabía del malestar de la conciencia, de ser en la oscuridad descubierto. Lo que no esperaba, lo que no conocía era la propia pena de ser ingenuo, casi estúpido. Y no era que fuera bueno o no, sino más bien cobarde, pusilánime. Vergüenza era lo que sentía, pero vergüenza por no poder empuñar la espada, jalar el gatillo, morder, matar; mentir sin culpa, sin remordimiento; siempre incapaz de ignorar a los otros. No soy…

Tiembla

Vergüenza

Se había desnudado a pesar de las estrías en las nalgas y las caderas afiladas, las costillas y los codos prominentes; de la única luz desplomándose sobre ese cuerpo contraído, de la atención que más de uno le dispensaba. Había gemido bajo los azotes y las bofetadas. Se había humillado y de rodillas sintió el rostro cubierto y tibio de asco. Sin apenas limpiarse (lo tenía prohibido), temblando, un hilo de sangre endureciéndose ya en…

40 días

Esperanza

Un serpentario de emociones te hacen ir y venir entre el bosque de mi casa y tus entrañas. Adivino que tus ojos negros están rojos de sueño: - ¿No has dormido? - Algo. Nada menos sale de tu boca, nada más tampoco. Sentado mirando hacia afuera como si en este cuarto no existiera nadie más: - Si quieres preparo algo de cenar. Un silencio denso, de aluminio, recubre nuestras partes desnudas y nos aleja completamente.…

Ilusión

Esperanza

Usted puede verme comprando lápices, estilógrafos, papeles, libretas, libros, laptops, aplicaciones para escribir guiones, sacapuntas, lapiceros, borradores, máquinas de escribir, escritorios. Puede verme sentado, fumando, platicando, filosofando, criticando, charlando, debatiendo, argumentando, resolviendo, tramando, ideando, pensando, intercambiando, racionando. Usted puede verme cenando, recitando, cantando, cogiendo, en el cine, comprando joyas, comprando lencería, dando besos, lamiendo oídos, sacando sonrisas, viendo amaneceres, compartiendo espagueti. Puede verme caminando, corriendo, mostrando dientes, echándome una cascarita, una pestaña, un paseito, sacando…

Paria

Humo

Tomando en cuenta las últimas horas, días y meses, confieso que no soy más que un paria. Es más, si pensamos en aquella vez en que callé mientras, en la sala de mi madre, la luz de Júpiter me explotaba la cabeza, podría decir que toda mi vida he sido un paria. Un paria que caminó antes de escribir sus memorias. Un paria que se plantó frente al consejo de padres alcohólicos y tristes a…

Sin título

Vergüenza

Vacía la palabra queda Un cráneo de hojas envueltas flota La cruz de hielo de lo que siempre dijimos No quiero ser enterrado con mis mascotas Te escribo desde el fuego del ciempiés de mis días Seré viejo, seré un astro, seré melancolía Y bajo mi pecho la vergüenza arrastra El cuerpo de mi madre repleto de agonía Su sol envuelto en aves canta El fuego y el vientre de un ave maría El ciempiés…

Piloto automático

Aparato

Se encontraron una semana de tres domingos, y al segundo abrazo nadaban a la deriva. Una marea desenchufó los cables del pasado, y navegaron toda la noche, entre palabras encendidas. Tan brillante como el sol en sus caras, el silencio que los ilumina. Pusieron en modo avión sus celulares, y dejaron que se acabara del todo la pila. Dejaron flotar las viejas excusas, mientras planeaban una despedida. Había que decir adiós a los viejos hábitos,…

Bulevares y ramblas

Humo

Caminar sin rumbo fijo era tal vez una de las cosas que más le fascinaban en la vida. Salir y agarrar una calle hasta desgarrarla del todo, caminarla de norte a sur de este a oeste y agotar la existencia, la humanidad reparando en las pequeñas grietas, observando las ventanas clausuradas, las nomenclaturas perdidas, las puertas ocultas, los zaguanes misteriosos, la precaria pintura que cubre los grandes daños estructurales, la basura en los techos que…

Relaciones recíprocas

Humo

Las piedras, la tierra suelta y fresca, los árboles y sus raíces de granito, los brotes apenas anunciados, las tortuosidades de los ríos; plumas olvidadas en el hueco de un tronco, huesos y dientes amarillos de tiempo, pieles resecas y polvo, las llamadas a mitad de la noche, las historias de luces tenues; la ira bullente, el desprecio, las tristezas, esa esperanza, su sonrisa, la mirada luminosa: todo lo sólido se desvanece en el aire.

El encuentro

Esperanza

Ahí estaba de nuevo frente a ella, como si los años hubiesen transcurrido sin transcurrir. Otra vez ese gran amor, siempre joven, siempre dispuesto; verdugo sutil de los solitarios. Se lo habían advertido, le habían dicho que no existía distancia suficiente; ni voluntad ni posible olvido. De nuevo entonces, boca con boca, ojos con ojos: spiritum contra spiritus. De nuevo el miedo, otra vez testigo del funeral de dios. ¿Tendría la confianza suficiente para continuar…

De noche

Esperanza

Oye beibi, ¿recuerdas cuando antes de la operación ladeabas un poco la cabeza y dejabas que la brisa, los olores y cada sonido te acariciaran la oreja o la nariz para murmurarte palabras mudas que me traducías en metáforas e historias brillantes de ese mundo semionírico que te rodeaba? ¿Te acuerdas de cómo te decía que tus manos parecían bestias independientes y ansiosas por devorar cada grieta en la pared, cada textura que enriqueciera el…

Srta. Esperanza Díaz

Esperanza

En aquel olvidado cuarto de hospital, el nieto le susurró al anciano lo siguiente: "A veces medirse se vuelve irracional y necesario, a veces te das cuenta de que la competitividad te engañó y te dijo cuales debían ser tus sueños, tus metas, tus putos logros; cuando te dijo que tu cuenta bancaria era el verdadero timeline de tus días, que la gloria funciona a gasolina y que cultivaste cosas que te valieron mierda y…

Potente

Esperanza

Hay momentos cuando el cosmos se detiene y se calman sin obstinación las aguas eternas de la existencia y la brisa húmeda de la vida corta su aliento y toda partícula, todo átomo, toda mirada, todo pelo queda en suspensión; la materia de la realidad queda flotando en algún intervalo de tu vida, en algún segmento infinitesimal quedan flotando los fotones como peras al viento tibio y sabés que nunca vas a olvidar ese momento…

No mentirás

Esperanza

Mientras usted se quita el abrigo y deja a un lado su paraguas, le doy la bienvenida a este templo. Verá, el templo no es muy costoso, tampoco muy modesto. El suelo es a veces de adoquines, otras de cemento y a veces solamente de tierra. Las paredes cambian de color y de posición según el viento, y según Dios disponga. Dios vive aquí a la vuelta, en la puerta verde. No le gusta madrugar…

Aforismos para aprender a esperanzarse

Esperanza

[...] la madreselva se siembra sobre los sepulcros y penetran sus raíces hasta llegar al cadáver, y cuando ya nada queda por devorar, sino los huesos áridos y polvorientos, entonces también la madreselva se seca y muere. Vicente Riva Palacio, La madreselva I Hay que ser claros: mientras más realista, más mediocre es la esperanza. II La esperanza es el síntoma más evidente de la enfermedad: el sufrimiento. III La esperanza es a la felicidad…

Hicimos todo mal. Todo mal hicimos

Esperanza

Hicimos todo mal. Pusimos unas palabras arriba de las otras, cruzamos nuestras manos y nos miramos fuerte. Nos miramos tan fuerte que no podremos olvidarlo, aunque los dos lo intentamos. Dejamos que la intriga naciera desde adentro, y floreció de nuestra boca las ganas de seguir. Creímos que agarrábamos el tiempo de las patas, y empezamos a tejer nuestra red de silencios. Incluso habiendo perdido todas las batallas, confiamos en que ésta la ganaríamos. Hicimos…

María del Socorro

Esperanza

En las lenguas amarradas de una ciudad gigante cohabita la simple luz de una mujer desesperada. Los tintes grises de la existencia entran en continuo conflicto con los botes de pintura negra y blanca que guarda debajo de su almohada. ¿Hasta qué punto apresan las manecillas del reloj? ¿Qué tanto enceguecen las planchas de cemento, las torres de oficina, los mensajes en el muro? ¿A cuántas cuadras se encuentran el titular del periódico, la valla…

Atemporal

Humo

Palabras que no se pueden decir, que se quedan en silencio. Quieres decirle que te agota el pensamiento, que sientes espasmos en el estómago, que quieres más… pero está prohibido. Guardas el secreto muy profundo en tus pulmones, en donde se desgarrará y pudrirá hasta que muera todo el cuerpo, porque no debes, porque eso, tal vez, ya se lo has dicho a alguien más en el pasado. Pasa más seguido de lo que quisieras,…

Inseminación / Hiceminación

Humo

Me succionaste en estéreo a través de los túneles de tus pupilas y no necesité ver más que tu carita de muñeca oscura contra la pared sucia, salpicada de carteles de ese bar, para entender que no iba a querer sacarte nunca del encuadre de mi miopía. Tu pelo era la noche underground del mas sucio rockanrrol, tus ojos eran la penumbra de los bares inciertos y punkeros del trasnocho, tu aliento era mis botas…

Alquiler

Alquiler

La marca del músculo del brazo estirado y en tensión por toda la fuerza que requiere ponerse de pie. La cabeza pesada de tanto insomnio, estira el cuello hacia abajo. Es el último momento entre el día y la noche, el último punto de silencio antes de comenzar el día. Antes de retomar la vida. Las ventanas de la casa están llenas de huellas de grasa de los dedos. Marcan cada lugar en donde apoya…

Diagonal

Humo

Anclado debajo de mis cejas. Mis ojos hacia adentro recuerdan tus ojos. Olvido. A diario te olvido. Mis noches ausentes de tu cuerpo dormido. El insomnio me agota, me grita, me ciega. Mis pasos deambulan vacíos en esta ciudad. Recorro caminos de tierra, me hundo en el barro, suspiro. Despiertas, me hablas, sonríes. Mi mente traza diagonales y todas conducen a esto. Mis pensamientos crecen, tocan el cielo. Las idas y vueltas en silencio le…

Humo dulce

Humo

Su dulzura estaba extendida ante mí, una palma de mano abierta. Me subí de inmediato. ¿Qué había que pensar? Siempre me ha gustado lo dulce. Y ese olor, tan familiar. El humo es una cosa dulce y caprichosa. Se mueve lento y rápido a la vez. Nada lo detiene, hasta que se desvanece en el aire. Pero para entonces ya está en mis pulmones y ahí vive. Dulce humo. Mi madre era dulce. Rodeada de…

Adiós Adiós

Humo

Decidí parar, dejar de hacer de mi condición razón de muerte. Detuve la poesía que exacerba el miedo y me volqué a conocer causas y efectos de mi apócrifa aflicción; la locura no iba a continuar de concubina mía, ingrata y seductora, de egoísta amante. Y así, tomé distancia de la hoguera para cerrar los ojos y calmar el corazón. Ya se llevará la vida las cenizas, los pensamientos restantes de lo que fui.

Me das fuego por favor

Humo

Emerger como un héroe a través del humo de tu cigarro, agitar esas tristes aguas de los bares olvidados antecedido por una brasa incandescente, ardiente como cualquier antorcha del infierno; soslayar la música caliente y llevarte la mano a la cara como Sean Connery haciendo de James Bond, lentamente, hasta ese cigarro que te enaltece, hasta ese rollo de papel blanquísimo que acentúa tu hombría, y retirarlo de la boca únicamente para descender de las…

De vacíos y desencuentros

Humo

No existo. Me he desarmado de adentro hacia afuera, he dejado la piel en esos besos, he sacado las palabras al viento, desgastando el sentido del lenguaje. Nada tengo. Ni mis manos con las que te agarraba los ojos, ni mis brazos con los que apretaba tu espalda, ni los labios con los que pintábamos el camino. Han muerto las hojas, el hielo, el sol. Todos hemos ido y no hemos vuelto, todos hemos sangrado…

Humo

Humo

La vida es un lugar, definitivamente. Uno puede irse de su vida y regresar más adelante o no volver si así lo desea. Pero lo importante es que se trata de un lugar donde la gente puede pasear a su persona y puede ver cómo los demás pasean a las suyas. Tal vez por eso Gérard de Nerval paseó una langosta ataviada con una cinta azul antes de que lo internaran en un hospital psiquiátrico…

Irse al humo

Humo

Los ojos bien abiertos aunque piquen, así es cada vez: un ardor que hace que sientas lo redondo de los ojos. Empezamos por ahí, por saber lo redondo. Casi de inmediato viene una expansión de las fosas nasales y tener las narices atentas. De tan anchas que se hacen, abres la boca y entra un sabor del aire. Los recuerdos más graves aparecen haciendo líneas en toda la cara. Los oídos se cierran y aparece…

Viuda

Humo

Se desprendió la boquilla de marfil de los labios y me acarició la solapa del saco con la punta de los dedos. Rozó el fistol de cristal y bajó directamente al pañuelo. Creí que se secaría una lágrima con él por debajo del velo, pero se conformó con sacarlo con lentitud onerosa: lo frotó por su cuello, lo deslizó por debajo de la oreja, el mentón, lo hizo merodear por su seno y le dio…

Noticia de última hora

Humo

Se informa a todos los creyentes que la conferencia del maestro de maestros ha sido cancelada porque se murió. Debido a lo anterior y ya que no se sabe a ciencia cierta a qué paraíso o a qué infierno fue llevado, se sugiere acudir con su párroco, monje, sacerdote, brahmán, shamán, rabino, imán o cualesquiera representante de su credo. Se sugiere no hacer caso a rumores sobre el posible paradero del sumo iluminado, pues se…

Otro cancerígeno texto de amor

Humo

Quisiera ser un cigarrillo atrapado entre tus dedos, abrazado por tus labios mientras inhalas con el ansia de un vicioso todas mis entrañas. Chúpame, muérdeme tímida con tus dientes incisivos, convierte en ceniza la efímera carne que me comprende. Fuma arrecha y colérica, fuma sin descanso; que cada respiro se llene del humo de mi pavimentada esperanza. Conviérteme en fuego con tu saliva, tórname carmesí dorado, maravilla estéril incandescente, orgasmo fugaz de sangre brillante. Lámeme,…

Con todo el amor de mi hemisferio derecho

Aparato

¿Me amarías tanto hasta que se te duerman las manos y sientas que no volverás a sentir nada más que no sea mi mano tomando la tuya, apretándola fuerte hasta que no haya presión y deje de latir tu corazón? ¿Me amarías tanto hasta que tus ojos se sequen de tanto mirarme sin parpadear, incluso hasta perder la vista para reconocerme tan sólo con la energía de mi presencia? ¿Me amarías tanto que tu aparato…

Pero ya era tarde

Tempestad

A los dos años de edad, cuatro momentos quedaron para siempre en su cerebro como gifs perpetuos y palpitantes que habría de recordar todos los días a la misma hora. En el mismo orden. 1. vidrios.gif La tormenta llevaba ya dos horas buenas de pánico semi oscuro y la madre seguía aferrada al cristal de la sala como una mosca terca, como si no fuera peligroso, como si los vidrios de aquella inmensa ventana no…

Llamada

Llamada

En mi breve catálogo de sueños existe uno en especial que me trae malos recuerdos. En él, contesto un viejo teléfono que tiré a la basura hace más de diez años para encontrar del otro lado la voz lejana y mecánica de mi padre que me dice que me ama, frase que se vuelve horrible dicha con esa tesitura inexpresiva tan suya. (Supongo que esa personificación de su voz se debe a que está muerto…

La tisana de Luisa

Tempestad

Dejó de llorar cuando le quedaban doce lágrimas para secarse por completo. Días después de ver como moría cada uno de sus recuerdos, (por dentro y por fuera), quitó de la casa todos los espejos, todas las superficies donde pudiera reflejarse. Decidió esperar a que su cuerpo se desintegrara por completo. Por eso no comía. Por eso no dormía. Sus párpados se volvieron transparentes, podía mirar a través de ellos cuando por algo sus ojos…

DOC. 20171116

Llamada

Noviembre 16 de 2016 Señor Inspector José Ignacio Rojas. Al principio, contestaba la llamada, y no escuchaba nada. Sólo silencio. Y entonces colgaba de una. Siempre llamaban a la misma hora, cuando yo ya estaba listo para acostarme y tenía que ir hasta el viejo teléfono alámbrico que estaba en la cocina. Silencio. Colgaba. Después me di cuenta de que respiraban. A los tres días de gritarle activé el identificador de llamadas. Contesté, respiración, colgué…

Contestar

Llamada

Como todas las reuniones que nada importan para la humanidad no avanzan, se sacó el móvil de su bata de médico, se lo llevó al oído y se levantó de repente sin decir nada, ni miró a ninguno de los asistentes, ni se disculpó, ni le importó que la Doctora Semi Gorda que estaba hablando se callara un momento y lo mirara interrogante y arrogante; ágilmente rodeó a la auxiliar, sorteó a su jefe y…

Son las 3 de la tarde

Llamada

¿Bueno? Sí.. ¡Ah, hola! Sí, claro. Todo bien. El trabajo, normal, ya sabes, lo de siempre. Sí, sí, donde mismo. En realidad no, pero todo bien. También bien. Sí hace tiempo que no hablamos. No, no supe. Ya… Claro, me imagino. ¿A qué hora? No, no puedo. ¡Ah, claro! Sí, sí, sin problema. ¿Qué día dices que me llamaste? ¡Qué raro! Estuve en casa. Ahorita son las 3, sí de la tarde, asómate a la…

La era del hidrógeno

Tempestad

Me cagan las tardes como hoy Que llueve y llueve con su chipi chipi Como la lógica de la vida Que te jode y jode de poco en poco Hasta que te acostumbras Porque así es esto Porque esperas a que llegue el final Porque al final todo irá bien Mientras a sufrirle O a chingarle Porque así es la estructura Y es a lo que todos, sin querer Terminamos adecuándonos Qué más quisiera Pensar…

Bailemos en mis aguas (Yo te salvo)

Alquiler

Vámonos quitando nuestras ganas como si el después nunca existiera. Vámonos diciendo palabras lubricadas al oído y que en algún descuido tu lengua moje la mía. Ven, enrédate conmigo sumérgete en mi mar salado, ahógate despacio despacito. Yo te salvo Ahora flota, no respires, apriétame las manos. Yo te salvo Gastémonos el tiempo, bailemos en mis aguas, sin horarios, dando vueltas / bien pegados.

En conocer a dios

Aparato

Carísima y castísima D.a Carlota Agradezco Vuestra palabra encomiosa y la su gentileza con que de mí fala a su esposo. Por sus cortesías sin duda gran gloria le espera. El abate Viera, que su bendición le envía por el favor recibido, guarda la misma opinión. En respuesta a Vuestra carta, en esta mi calidad de su médico más atento y cauto, me es indispensable preguntar a Su gentileza si los dolores son más acuciosos…

Notas para una teoría sobre tocar la puerta de un desconocido

Llamada

Siempre creí que la arquitectura de una vivienda revelaba mucho de quien la habitara. No sólo el tamaño, el color o la forma; la apariencia, podría decirse, también era importante para mí, pero los componentes que la constituyen o los elementos de los que carece una construcción podían decirnos todo lo que había que saber sobre su habitante. Y qué mejor motivo puede tener uno para llamar a una puerta que el de averiguar qué…

A mi muerte, a la que me toca

Tempestad

A todos nos toca una sola muerte, una muerte para nosotros solitos, esta es la mía, le gusta cocinar para mí y platicar conmigo, le agrada hacerse trenzas y vestir de colores. Mi muerte tiene las tetas grandes. Quiero decirte que me siento joven, que mi sangre está limpia y mi cara es feliz como nunca será y como nunca lo fue. Hoy no me preocupas. Estoy empezando a conocerte. Te veo de frente y…

Otro día

Tempestad

Acaba, de la misma manera como empieza. Es así. No es un ciclo, sólo es una línea interminable con cambios de color. Con tonos: fa, si bemol. Sostenidos. En la mano tengo una cerveza oscura. Es lo mismo con la luz, con los tipos de botella: verde o ámbar. No me gusta el tarro, la boca es demasiado ancha. Prefiero la botella y su beso frío de espuma ligera. Y el toque amargo. Siempre el…

La tirada del sino

Tempestad

El verdadero lío es que mantengas el pinshi hilo rojo sin romper O reemplazarlo antes de que te des cuenta de que todo valió madre Sí, es como aplicarte un lavado de cerebro en el que te repites siempre el mismo cuento Ese que a mí me enseñaste y que mejoré La cosa está en que no dejes que se acabe el hilo Porque en cuanto eso pase se te vienen todas las desgracias Y…

Construir un contexto (otra vez)

Tempestad

De frente el árbol y otras casas: todo es gris y absoluto. Un silencio enorme precede el desastre de la tormenta de gestos que nos estamos por hacer. Un huracán de besos que termina por destruir del todo los buenos besos que nos quedan. Ahora desarmados y en el suelo, de cara a la tierra y a nosotros mismos, tenemos que empezar a correr. Abandonar la casa, el piso, las escaleras, los miedos, saltar el…

Las verijas de Scheherezade

Tempestad

El mismo vértigo que sentirías en el barco de Sinbad atravesando las suntuosas olas del mar de la India en una tarde intestina en la que el océano poderoso se comportara como un vómito de dios (de un dios con resaca corriendo hacia el inodoro); esa misma náusea la sentiste cuando te acercaste por primera vez al vértice del erotismo, recordalo, la primera vez que sumergiste tu cara, tu rostro lozano de 16 años entre…

El silencio

Llamada

A mi mente llamas, recibes la llamada de los siglos, la boca del silencio es una llama, recibo de tu boca la llamada de los siglos. En mi mente los siglos se gastan en tu boca, Como las llamas del silencio te menciono. Te haces tiempo, calor y llama, le hago el amor a ese silencio y hago el tiempo. Nuestro amor no empezó nunca, en ninguna parte nuestro amor no está en ninguna parte,…

Grasa natural

Grasa

Tuve la pesadilla de nuevo. Esa en la que mis huesos son mi única pertenencia, en la que todo mi cuerpo es puro hueso. Cada que me pasa despierto empapada en sudor, con frío, temblando y con una necesidad urgente de saber que mis músculos siguen ahí, que sigo siendo de carne. Lloro cada vez que ese sueño me ataca y cuando logro aclarar la vista camino lento hacia la báscula que está en el…

El camino

Alquiler

¿Acaso usted no se compadece de nosotros? Pobres soldados que cruzamos la selva como tigres o como zorros. El sol nos saluda cada mañana como a un amigo. Nos calienta las mejillas con sus rayos de padre. ¿Usted no lo entiende, cuando llegamos a casa sin encontrar paz en el sueño ni en la sombra de un árbol? Pobres soldados que somos, nos vamos lejos, nos vamos. Las flores nos saludan inclinando la cabeza, y…

No sin ella

Llamada

Nadie escuchó sus pasos apurados bajar la escalera. Nadie imaginó que la joven favorita del pueblo, la más diligente y llena de vida fuera también el alma más triste, la más sola, la menos feliz. Aquella fue una madrugada que nadie pudo olvidar. Margarita dejó la casa de sus padres para no volver, fue en busca de un sonido, uno que gritaría antes de caer por el acantilado de la vieja Asturias. «¡Margarita, Margarita!», fue…

Serenata

Llamada

Si los lobos aman a la luna y la luna a la oscuridad, entonces me arrodillo y entierro entre los arbustos mi mortalidad; dejaré de ser inapetente, me dejaré ir ante las sombras. Lo escucho llegar: sigiloso, encantador, con su pelaje de plata y una canción. El último de ellos baja… lo escucho aullar y tras él una hermosa serenata que marca el ritmo de la pesadilla que es esta espera, la de no saber…

Madrugada

Alquiler

Presentía el encuentro con una mandíbula que se quedara encajada en mis muslos. Unas garras que me derrumbaran, y que mis dientes se quebraran al rebotar en el piso, terminando con la boca ensangrentada, totalmente destruida. Pero yo ya lo estaba. El orgullo se disfrazaba con mi ropa. Ya no tenía cara para regresar, mucho menos para pedir un poco de consuelo. No se oía más que el silbido del aire aligerando las pesadas ramas de…

Con n de nadie

Aparato

Se te dotó de ojos para mirar lo que te quede de frente. También se te dotó de un complejo sistema de neuronas y transmisores que, conectado a tus ojos, te ayudan a mirar más allá de lo evidente. Esa bola de carne de la que muchas veces te quejas, pero que también le da ese toque de ternura a tu cara, te salvaría de uno que otro enemigo, claro, si tan solo te fiaras…

Consideraciones sobre el alquiler

Alquiler

Tengo encima de mí a esta mujer increíble. Mueve su cadera suavemente al ritmo que desea con la intención de hacerme terminar. Parte del contrato. Desnuda, es hermosa, más de lo que su atuendo prometía. El vestido, escotado en la espalda y abierto desde la cadera hasta el piso en ambos costados, trataba de distraer de una belleza distinta, más discreta, que brilla en sus ojos en forma de tristeza. Tengo una debilidad por las…

R2-D2C

Aparato

Amira tenía asma cuando pequeña. Su papá, el ingeniero Carvajal,   le construyó un humidificador que se parecía a R2-D2. No era un simple humidificador, tenía incluida una caja musical que tocaba todas las noches la canción de Agustina y el mar y todos los días, con tan sólo presionar un botón, The passenger de Iggy Pop. Además prendía los ojos, hablaba como en las películas y proyectaba estrellas y constelaciones cada que anochecía. En la…

Ni esa, ni la anterior

Llamada

Como un pedazo de flor vencida, una caja de cartón mojado o unos lápices sin punta, voy deshebrando mis pieles. Una tras otra van cambiando el color, la forma y el tacto. Ya no soy la que se quedaba con piel de frasco, esperándote despierta toda la noche, en la esquina de esa casa, para correr y dormir en cualquier cama que incluya alguna parte de tu cuerpo. No soy la que despertabas cada martes…

Decires

Llamada

Mi cuidad se perdió en la foto de una Kodak. Esta que ves no es mi ciudad, ni mis calles. Los automóviles siguen pasando rápido y los mendigos aunque más viejos son los mismos, me lo dicen sus ojos, sus manos con olor a aguardiente y su olor a caramelos de leche de cabra. Extraño la ciudad, el campo, la noche y el olor del café es algo inimaginable, pero la ciudad está hecha de…

Escondite

Llamada

—Sí, estuvo tenaz. Daniel le tenía agarrada la mano cuando el Jonathan simplemente cerró los ojos y dejó de respirar. Y la ambulancia nada de nada y nosotros ahí parados así como puuuuta no jodás y como que nadie sabía qué hacer y de repente el Daniel se para y voltea a mirar pa’ todo lado y empieza ¿dónde está? ¿Dónde está?! y mira para arriba y suelta al Jonathan y mira pa’ la pared…

Aquí yo, allá ¿quién?

Llamada

Te despiertas, abres los ojos, ves la almohada de al lado estrujada y contemplas el vacío con la mente en blanco. Estás solo y con hambre; el rayo de sol en la cara no te deja ver más allá. De pronto, tu teléfono suena. Tomas aire, te levantas rápidamente y después de un apagón de unos segundos caminas hacia la mesa en el pasillo. En el camino reaccionas y te detienes a pensar en esa…

In memoriam

Llamada

Las bajas obsesiones bullen en bajo. Hierven con la paciencia del universo a través de eones para luego estallar en cataclismos, sismos, explosiones, armagedones y demás pataletas. Es decir, le ponen lo divertido a la vida. Cuenta la leyenda que Sonia Cordero se consumía como un cigarrillo en una moto cada vez que su novio Máximo miraba alguna otra mujer del planeta. Cuando recorrían a pie las calles polvorientas alumbradas por el amarillo de un…

El invierno desde adentro

Llamada

Compró un helado, salió de la tienda, se subió a su bici y se echó a andar. Eran las 12 de la noche. Dio vueltas por el barrio entre las calles que conocía. Cuando se aburrió, regresó por las mismas pero en sentido contrario. Apagó el cigarro cuando llegó a su casa. Entró echando a andar las olas del mar que todavía no despertaban. Uno, dos, tres, respiraba. Mentando madres adornó el cuarto de papeles…

El mal

Llamada

El cielo iluminó el pastizal y un soplo trajo un sabor a madera. Los sentí acercarse uno a uno, sus ojos encendidos y sus respiraciones pasmadas. A la distancia, el resplandor se mecía de rama en rama, murmuraba sus pasos sobre cada brizna de hierba y cada arbusto mullido. Y el vaivén del horizonte nacía en la mirada de todos. Crecía de pronto una luz que ocultaba a la luna y se retorcía aquí y…

A Kassandra

Aparato

Kiosko atravesado por la lluvia, así eres: silencio de colores en una jaula de viento, silbas y los astros detienen su danza únicamente para vestirse por tus ojos. Kassú déjame contarte una historia. Amanecen los días soleados en marzo. Si pudieras ver cómo el naranjo suspira, haciendo crecer para ti sus flores amarillas y blancas por todos los sembrados. Nadie sabe para quién son esas flores, días se han pasado en la duda, resignados «los…

Llamas a mí

Alquiler

La lluvia de fuego era lo de menos, no había nada qué quemar. Estábamos solas y apenas alcanzamos a agarrar un par de cosas antes de salir de casa, cosas sin importancia pero importantes. Yo sostenía a mi hermana por la cabeza y así la levantaba cuando teníamos que correr. Tomaba su cabecita como si fuera un balón de basquetbol. No pesaba, nunca había pesado. Y el fuego caía siempre antes o después de que…

Grasa

Primero fue el texto

Mira, paps, el chiste nada más es chingarle, venir a pegarle recio y diarina y huevo. ¿Ya habías entrenado antes? Ahuevo. Vamos a empezar con cardio y una rutina general, pa que no haya pedo y nos vayamos acoplando. Yo te recomiendo que vengas en la mañana que no hay gente: vienes, te pongo una putiza y te vas con pila. Porque eso sí, te voy a poner unas putizas chulas, rey, pero en 2…

Bisturí

Shots

—Toc toc — ¿quién es? —Andrés — ¿qué quería? —un amor — ¿de qué color? —verde —no hay —amarillo —no tengo —azul —tampoco — ¿de qué color tienes? — ¿de qué color sangras? —rojo —felicidades — ¿qué? —sácame el corazón

Cíclope

Aparato

Nada sino la luz. No hay nada sino la luz contra la luz. –O. Paz La letra mira la sombra que proyecta. Regresa la vista a quien la escribe. El ojo de la letra es un astro. Avanzo directamente hacia ella, la embisto, la pronuncio y de inmediato se multiplica. Avanzo, su aliento me pertenece. Yo la pinto de negro, le doy línea y forma, sonido. Herida sobre el papel se deshabita. Su soledad en…

Zona franca

Aparato

Cuando recién llegaron a la Tierra un problema en el aterrizaje dividió la cápsula en dos partes y lo dejó sin comunicación, perdido y herido lejos de sus compañeros de misión. Garibaldi, el perro de Inocencio, fue quien lo encontró y lo llevó en el hocico hasta las piernas de su dueño. Aunque tuviera forma humanoide y fuera apenas un poco más grande que un colibrí, lo único que pareció importarle a Inocencio fue su…

Umbral sin puerta. Oleo sobre tela

Shots

Entrar por esa puerta es un trabajo extenuante. Por la mañana se da un baño corto pero con una cantidad exagerada de champú para que el olor le dure todo el día. Todo el día en el call center contestando llamadas de clientes molestos. A veces ni siquiera sabe qué compraron o qué servicio estuvo mal hecho. Sólo recibe gritos, a veces felicitaciones por su trabajo (una vez cada seis meses, en promedio). Pero lleva…

Aterrizaje forzoso

Aparato

Hace cuarenta minutos que giramos en círculos sobre el D.F. Parece que peinamos el smog con nuestras alas. El señor de adelante se empeña en sacar fotos con flash desde la ventana. ¿Le digo algo? Si hay un terremoto allá abajo ¿qué pasa con nosotros? ¿Hay alguna vibración que altere nuestro campo energético aleatorio? Otros temblores nos pasaron antes, ¿te acuerdas de ese que nos encontró en tu casa?. Si alguno de mis amigos está cerca…

Por si acaso

Aparato

He decidido darle cuerda a este corazón oxidado ponerlo en marcha una vez más hacer que salga musiquita por cada uno de sus ventrículos plateados Dejar que mi cuerpo se manche de estrellas que mi cabello se enrede con el viento que por mi boca suspire el tiempo mientras me besas Te lo platico por si acaso por si quisieras volar conmigo reflejarte en mi mirada andar juntos por la playa correr descalzos desnudos …por…

Sol de Marzo

Aparato

Ando en el centro. ¡Ya!, ahora. Enamorado del sol de Marzo y con el cabello alborotado por el sueño. Ando como el sol de febrero escupiendo rayos distantes que limpian las calles y llevo el tiempo de tu cara en mis ojos. He aprendido la diversión de los viejos, a apreciar el desfile de muchachas, como un vegetal, sentado y quieto, esperando que los árboles lleguen a la avenida o al infierno, lo que pase,…

Hoy

Aparato

Juliana se quedó trabada pensando en el hoy. Siempre será hoy cuando le pase todo: hoy se morirá su perro, hoy se morirá su madre, hoy tendrá que buscar un nuevo trabajo y con suerte hoy encontrará uno nuevo. Hoy tendrá buen sexo y hoy se sentirá medio violada. Hoy tendrá un hijo y hoy, si la vida se pone de malas, podría llorarlo porque hoy se fue antes que ella. Hoy podría ganarse una…

Palpitar

Aparato

Después de haberla aceitado, carburado y desalinizado, Oliver extendió un viejo trapo sobre la mesa de trabajo y con sumo cuidado la depositó ahí, bajo la luz cercana de la lámpara y quedó iluminada, hierática, glorificada y desnuda, como una pieza única del universo, ahí, en su humilde garaje. Oliver rodeó  la mesa con lentitud de cirujano sintiendo en sus sienes, en su pecho peludo, mientras el ritmo cardiaco se incrementaba, que los goznes y…

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