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Shots de literatura ilustrada. De nosotros para ustedes, con amor.

El último pendejo

Futuro

Desconozco órdenes establecidos De los tiempos presentes y pasados De un futuro mamado De la tierra sin tierra De la tierra con cables enredados Soy un romántico En la máquina del espacio Besando el labio menor del infinito Masturbando el vacío Comiendo mierda del divino Él hizo el mundo en siete días Y se nota su falta de alegría Él deshizo el mundo en cuatro horas Y así explota su poder voraz Aquí estaré esperando…

Mañana

Futuro

Así será mañana, después de recibir tu costilla. Será justo cuando termine de preparar el pan y la mesa esté lista. Ahí, entre los siglos de tradición, me romperás la quijada de un golpe por ser la más terrible de todas: por esperar a que todos se duerman para limpiar las ventanas y asaltar la casa con olor a vinagre. Ahí esconderás el pasado de tu madre y maldecirás el nombre de tu abuelo. Luego,…

Bienvenida

Futuro

En el preciso momento en que has cerrado los ojos y ni el más ligero goteo de luz entra por las paredes de tu cuarto, te miro fijamente. Ahí, muy silenciosa, escucho cada respiración tuya y siento unas ganas inmensas de apretar tu cuello y ver cómo mueres tras una hermosa desesperación. Aquí, del lado derecho de tu almohada, siento el golpeteo de tu corazón sobre las sábanas y sonrío al pensar qué limpia y…

Las ruinas

Futuro

En ese campo un día crecerán setas, se levantará un árbol y su sombra se derramará sobre cada brizna de hierba. Vendrán las bestias y pisotearán cada rincón, y bajo sus pezuñas se quebrarán hojas y ramas, y morderán la corteza reblandecida por la lluvia, y sus colmillos olvidarán su rastro. De ese campo se perderá cada hoja y cada árbol, se secará cada arroyo y todos los cardos. Se irán las sombras, los silbidos…

La nena en el sofá

Futuro

Marina observa con atención, y por varias horas al día, el afiche que pegó en la pared de la sala. Se lo compró en un bazar en la Roma a una ilustradora que llamaban Sthereo. La joven en la imagen le recuerda a ella misma la primera vez que se pintó el pelo, también de violeta, antes de tanto problema en su casa, antes de tanta mierda con sus papás y con el resto del…

La abducción

Ciudad

Los primeros testigos aseguraban haber mirado una luz que resplandecía tanto, que prácticamente hacía imposible ver algo más que la misma luz; en términos prácticos no habían visto nada. Las investigaciones, por otro lado, determinaron que la mayoría sucedía de noche: justo en lugares apartados y oscuros, donde de pronto se veía cómo se elevaba un auto hasta desaparecer y perderse entre las nubes. Las abducciones comenzaron a ser el tema común, todos hablaban de…

Impermanencia

Futuro

Escribo de lo que no es aún, mientras el ayer queda cautivo en la lágrima incipiente de todos los días muertos. Pienso en la nada, en la incertidumbre, en el segundo nuevecito que justo al nacer se hace historia. Todo habita en un soplo: en el espacio que nos contiene, en la memoria u olvido de alguien o en el camino todavía inexistente. Pensar en el tiempo es vano: el pasado sólo es en la…

La cuarta tejedora

Futuro

Había cuatro tejedoras del mundo, pero la historia decidió sacar a una. Ella tejía el sintiempo, por eso la dejaron fuera. Le daba vida al espacio del hubiera donde todo lo que nace, nace perdido. Es curioso que exista ese tiempo que no existe. No por eso ella teje menos, lo que pasa es que no se le ven los hilos que utiliza. No creemos en lo que no vemos, a eso nos hemos acostumbrado.…

Triste deseo

Espíritu

Eras un ángel hermoso, eterno, alado de nubes plateadas y del amor de un dios que sólo quería para ti la libertad. Pero tú no quisiste la eternidad, ni las alas algodonadas ni el amor. Tú querías la realidad de lo humano, ser de carne, ser de huesos, querías un corazón en vez de alma. ¡Oh! Mi querido ángel, caíste de tan alto y no hubo nadie para recibirte aquí abajo. No fuiste feliz siendo…

El punk de la roma

Futuro

He caído Con mis discos perdidos Dando y dando vueltas En la Technics 1200 Suenan si quiero los toreros muertos Y si quiero él se llama Javier Suenan si quiero las insólitas imágenes de Aurora Y si quiero los quito porque aburren Suena si quiero el Rosendo Y si quiero no le estoy agradecido Suena si quiero el Rebel´d punk Y si quiero no se revienta nadie Pongo y quito bandas Sirvo y sirvo tragos…

Hombre del mañana

Futuro

Un día me voy a levantar a una hora razonable, voy a desayunar algo más que café (jugo, dos rebanadas de tocino, pan integral), voy a recuperar mi rutina de ejercicio y después voy a desayunar otra vez (como persona y no la tomadura de pelo de hace una hora). Tomaré un baño corto y frío. Leeré al menos dos horas, avanzaré con esa traducción, luego practicaré mi caligrafía. Al pie del escritorio, escribiré el…

Magna

Espíritu

Ana camina entre la multitud enardecida hacia las puertas del Senado y, como si fuera una boda militar, todos le ceden el paso al darse cuenta de que el prometido de la novia es un bidón de gasolina. Ana llega al pie de las escaleras. Los protestantes madrugadores le dan espacio y se olvidan de parpadear. Ana se quita la ropa, la dobla, la deja en el cemento y se arrodilla sobre ella. Ana toma…

Paranoia

Espíritu

Tengo miedo de que algún día alguien me mire a los ojos, intenso; que más allá de la pupila logre ver mi interior. Crecí con el cliché de que las cuencas de mi rostro reflejarían el alma. Desde entonces decidí esconderme de los mirones, aquellos que por curiosos me observaran fijamente, que mintieran y aprovecharan mis ventanas para robarse mi esencia, los secretos o lo que emanan. Tengo miedo de que algún día un descuido me vulnere y quizás…

El noble espíritu de la juventud

Espíritu

Necesitaba sangrar el brazo inmaculado y sentir que salía esa sangre espesa casi negra, que era miel de purga, de purga de tanta oscuridad. Necesitaba botar eso, sacarlo; toda sonrisa que salía de su boca era una necrosis, el aire que entraba a sus pulmones retornaba tan putrefacto al mundo que las moscas al olerlo se suicidaban y su tacto sudadito blanquecino corrompía vestidos de primera comunión, charol blanco, algodones de azúcar, hímenes de bebés,…

Puto

Espíritu

Puto era el nombre con el que lo conocían todos en el barrio, en la escuela e incluso entre sus familiares. No recordaba desde cuándo comenzaron a llamarle así, suponía que desde siempre. «Todos sabemos lo que eres. Eso es pecado. Te vas a ir al infierno. Encomiéndate a la Virgen de Guadalupe. Eso está en contra de la naturaleza. ¿Por qué no tienes dignidad? Vas a servir sólo para cortar el cabello y prostituirte.…

Olvídate de todo

Espíritu

«Lo primero que hay que hacer es dejarse de bobadas», me dijo mi madre cuando cumplí 7 años. «Olvídate de que las hadas existen, olvídate de que el ratón te trae dinero cuando se te caen los dientes, olvídate de Santa Claus, olvídate de todo.» Y sí, me olvidé de todo menos de las hadas, ellas me persiguen todo el tiempo, siempre que salgo a colgar la ropa están ahí, cuando abro la ventana para…

Compañía

Espíritu

Ahí está, detrás de ti. A veces salta por tu nuca al hombro y regresa para saber quién más te vigila. Camina a todas partes dentro de la bolsa del pantalón, junto a los mismos veinte pesos que tienes para todo el día y nunca te juzga por alimentarlo de esa manera. Al contrario, ahí está, siempre, en las piernas que batallan desde las 6 de la mañana hasta las 9 cuando los pies te…

Interferencia

Espíritu

Me dispararon al cruzar su espacio aéreo. Al encontrarme me levantaron y me dijeron que no las necesitaría más. Tomaron mis dos apéndices de luz y me aseguraron que los hombres no podían mantenerse en el aire. Me confinaron a un cuerpo. Me asignaron un género. Me insertaron en alguna rama taxonómica de los mamíferos. También me condicionaron a ser bípeda y a tomar un avión cuando quisiera desplazarme en las alturas. Luego me dieron…

Conversaciones VI

Espíritu

Mi maestro vino a verme con una duda en mente. Por primera vez en todos estos años parecía buscar mi consejo. —Creo que he perdido mi espíritu —me dijo mientras buscaba con la mirada por toda mi casa—. Tengo la sensación de haberlo extraviado en algún lugar. —¿Ya buscó en su baño? —Ya. —¿En su cocina? La comida pudo ser su perdición. —Lo sé. Pero tampoco estaba ahí. —Cualquiera puede extraviar el espíritu en su…

Seducción involuntaria

Espíritu

Dicen que hay cierta hora —un momento entre la noche y la madrugada— en la que ella sale a las calles a peinar los edificios con su cabello. Cada una de las hebras que cubren su cabeza se extiende alrededor de las ventanas y, aunque es casi invisible, algo en la atmósfera la delata. Poco perceptible pero efectivo, ella logra un vínculo con lo material que te hace regresar a la ciudad.  El caos encuentra…

Desde algún lugar

Espíritu

Hablábamos de la historia, de culturas antiguas y del Dios todo poderoso. Recordábamos las sequías y las hambrunas. Nuestra conversación iba desde la niñez hasta los hijos y los amantes. Lucía aún conservaba su halo de luz de siempre, María, cabizbaja, dejaba correr las lágrimas por todo lo perdido. Andrea, con su lunar a la Irma Serrano, decía que no añoraba nada del pasado y, yo, como siempre, las criticaba a todas. Pero ninguna de…

Los Sincara y su paso desterrado por la tierra

Espíritu

Veníamos aquí todos muy contentos sin cara, sabiendo que nadie descubriría nuestra alegría porque no tenemos cara. Hace tiempo que la perdimos, ¿sabes? Entre perros, plásticos y bolsas de reciclaje. Todos quisimos hacer algo por el planeta alguna vez… cuando teníamos cara. Ahora solo vamos de lado a lado, porque no hay mucho por hacer. A veces las piernas abiertas sustituyen a la cara, como si la vagina fuera una cara o el pene una…

Los números bajos y elevarse

Espíritu

Era buena en lo que hacía gracias a la disciplina. Jamás comía ni más ni menos de lo debido. Le gustaba el control sobre sí misma. Cuidaba todos los detalles del día porque sabía que cada uno le llevaba a la noche y eso significaba menos tiempo de mañana. Se miraba al espejo cuando debía hacerlo. Con una mano puesta en la barra de madera, estiraba el otro brazo y hacía un demi plié y…

Mar adentro en mis ojos

Espíritu

Toco la puerta. Hace frío en mis manos entumidas y las palabras no dichas tuercen mi lengua. Aún de noche, llueve en mis cachetes pegajosos y mi cara, sartén de pasadas cachetadas, evapora tempestades. Nadie abre. La media Luna me recuerda las veces que mintió porque no sé si se burla o sonríe. Toco la puerta. Mi corazón recorre realidades alternas donde vivimos felices para siempre, pero mi mente las devora con razón. No puedo…

Relevo

Espíritu

Andrea es esa clase de mujer que no conoce la fatiga, apenas termina su encuentro con Diego corre a casa de Daniel para instalarse en la cama donde le rinde homenaje a todas las mujeres del mundo. Daniel la ha visto llorar, reír, gritar, rezar, rogar, gemir, dar órdenes, recitar poemas y cuanta cosa pueda uno imaginarse. La última vez llegó vestida de blanco con un peinado de salón que empezaba a perder la forma,…

Primavera

Espíritu

Ha llegado la primavera. Es hora de tronar la espalda. Llueven las flores, se entrelazan, hacen giros; vienen a dar alegría sobre la tierra. Las piedras se levantan heridas a escupir de sus espíritus el azul del cielo. ¿Es posible ser discreto ante esto? ¿Mañana saldrá otro sol de turquesas? Nuevamente no hay nube alguna en todo el cielo redondo.

Tejedor de Almas

Ciudad

El Tejedor de Almas era un ángel demasiado alto, poco luminoso, translúcido, de mirada vaga aunque de dedos precisos. No las hacía en serie, después de todo en la eternidad el tiempo no pasaba muy rápido, podía tardar miles de años en perfeccionar una, colocar el hilo correcto en posición, unirlo al de otra u otras por medio de hilitos rojos de esos tan famosos. Los ángeles de Sal iban y le pedían mejores resultados,…

Intangible y absoluto

Espíritu

El viento se había cansado, pero la quietud era casi brillante y traspasaba mi todo traslúcido. El lapso de un suspiro me llevó hacia la negrura del espacio. Remonté sobre el universo infinitamente de ida y vuelta hasta posarme entre el espacio mínimo entre pétalo y pétalo de una rosa. El silencio me transportaba elíptico, circular o amorfamente, separándome y uniéndome a cada color del arcoíris de aquella tarde de lluvia soleada. Infinito, infinito y…

Todo le di

Espíritu

Se disolvieron los pies, pero no se derrumbó. Pronto siguieron las piernas tostadas y las flores ocultas del vientre, las caderas que alguna vez flotaron como lirios en la marea. Se disolvieron las manos y no quedó rastro discernible de los pechos ni los hombros. Se le fue nevando el corazón, pero no el deseo. Antes de que los ojos quemados atardecieran, tuvo la claridad de que en ese parpadeo comenzaba el pasado. O quizá…

Dejarme ir entre los vivos

Espíritu

Los sueños son la representación del deseo inconsciente, pero esto va más allá. Me pasa inevitablemente todos los días: sueño con ella y no la conozco de una sola forma sino de varias. Ella cambia. A veces es rubia o morena, a veces es gorda o delgada, a veces es animal o cosa, pero sobre todo, a veces es buena o mala. Últimamente he pensado que mis constantes sueños no son la representación de mis…

El Espíritu

Espíritu

Mi historia fue al revés: nada de pobreza, andar en la calle lavando carros, o salir de una vecindad llena de escuincles llenos de mocos y viejas madreadas. Nací en una colonia cerca del aeropuerto, viví bien y nunca nos faltó nada. Mi jefe tenía una distribuidora de pañales desechables en la central de abastos y además de ir a la escuela, me crié ahí entre todos los comerciantes; éramos un chingo de niños y…

La culpa de siempre

Ciudad

De esos trayectos interminables recuerdo el olor a hierba y cebolla. Ese olor que me abría los ojos de golpe para por fin despertar. Antes de Candelaria de los patos el metro paraba en La Merced. En aquel entonces todavía era joven y tenía fuerzas que me levantaban y me movían; creer en la vida y en una lucha para no sólo sobrevivir. Ahora ya no creo en nada aunque de pronto vuelve a mí…

Karina Citadina

Ciudad

A la entrepierna de Karina la han llamado de mil formas. Detrás de un escritorio, entre filas de butacas, sobre inodoros públicos o en casi todos los medios de transporte, Karina ha logrado que las lenguas de sus amantes bajen y se estacionen unos momentos en aquella grieta siempre húmeda. Que huele a estrella, a pescado fresco, a cebolla o a tierra mexica son apenas unas cuantas de las descripciones recibidas. Y aunque —como decíamos—…

Vigía desertor

Ciudad

Siempre que estoy inmersa en la rutina busco la manera de abordar un avión para verte a ti, a todos. La urbe asfixiante me incita a buscar más oxigeno. Desde lo alto, en la ventanilla, te miro sin conocer tu rostro, sin saber tu ubicación, rutina o voz. Te descubro como una luz, brillante, semejante a mi. No distingo raza ni estrato social; simplemente dejo que la imaginación nos encuentre y haga que seamos amigos,…

Toda la noche vi crecer el fuego

Ciudad

¿Cuándo es demasiado honda la tierra? ¿la tersa mano de la demolición?, el ojo adormecido por las afasias y el pájaro equivocado que entra por la puerta a la casa y da un rodeo. La naturaleza es una ramera, pero ¿quién la juzga si trae los nuevos botones a tus labios? Si la rapiña ha construido una bella ciudad de tu lado de la ciudad. ¿No es acaso más bella la palma africana que el…

Limpieza

Ciudad

Sus avenidas eran rectas y perfectamente paralelas, a vuelo de pájaro parecía un dibujo de maqueta perfecta y milimétricamente trazado. Al este y hacia las afueras aparecía una kilométrica vía férrea que se perdía hacía el norte por detrás de la arboleda esmeraldina. Sí, era una gran urbe acunada entre montañas y bosque. Por las noches se encendían sus luces de neón de tal forma que, como toda gran ciudad, impedía ver las estrellas cuando…

Cada noche es una aventura en mi ciudad

Ciudad

Mientras camino por la banqueta me doy cuenta de que alguien me sigue. Trato de aflojar el auricular que traigo puesto ­­(siempre el izquierdo para que el derecho pueda detectar cualquier señal de acercamiento). Acelero el paso y aprieto la correa de mi mochila; no quiero voltear, eso me restaría unos segundos para reaccionar y salir corriendo si fuera necesario. Cuando llego a la esquina doy la vuelta tratando de encontrar un lugar abierto; algo…

Dos ciudades

Ciudad

El DF no es una ciudad hoguera, aunque por las noches se alumbre a sí misma con la refulgente cualidad del fuego. Es más bien un parche de concreto que lo mismo un día crece invadiendo la sinuosidad de un cerro, al otro desaparece dejando atrás el rastro de sus hombres. Es, digamos, el lugar de un pueblo hecho de plumas y de piedras; una cicatriz, una marca, un graffiti en el ombligo de la…

La pared sigue en pie

Ciudad

Me quité la camisa más temprano hoy. Sólo quería llegar a casa y empezar a descansar del maldito día, de sus estúpidas horas corriendo una tras otra. Todas ellas sin importancia. Sólo quería llegar a casa. El sillón no estaba en la sala y no sé por qué. Tampoco importa, yo ya estoy sin camisa en el centro del departamento. Siempre he querido tener un cuarto y ya, una cocina y un baño. No necesito…

El trabajo

Ciudad

Cuando se fue a vivir a aquella ciudad perdió la confianza en la gente: las mentiras eran más difíciles de detectar, las promesas rotas eran cosa de todos los días, las sonrisas parecían tan reales. Todo el que pudo le dio una puñalada por la espalda. Comenzó a odiar las calles, los rostros, las voces y los sonidos, las risas, el clima, la arquitectura y toda su supuestamente magnificente herencia histórica. Las pequeñas expresiones de cada…

Ciudad

Ciudad

Prisioneros ilusos de esta selva cotidiana: México. Clavamos las huellas quemadas del Cuauhtémoc no blanco sino negro que llevamos dentro. Y navegamos ciegos, sordos, sucios, pero satisfechos y seguros. Andamos y no andamos, avanzamos y no avanzamos, estamos y estaremos donde estuvimos tantos tiempos torturados. Y que viva México, así, sin los signos de admiración porque, ¿cuál admiración? Nos han borrado los sueños de la pizarra en nuestra memoria individual y colectiva. Y ¡que viva…

Bogotá

Ciudad

Imagino que el sol se está pudriendo dorado y silvestre arriba de nuestras cabezas, habla de mi interior mejor que cualquier brujo. Aterriza sobre los autos dibujando un corcel en la ventana. Ahora mi padre se levanta para seguir haciendo rico a los restauranteros, mi madre se quiebra de dolores entre Júpiter y Capricornio y mi hermana dibuja. Yo espero en Bogotá. No leo lo que escriben mis contemporáneos, están atrapados en un sexo que…

Pa’ que te cuidara

Ciudad

Es una perra, pero cuando estoy puesto, la pinche perra se echa junto a mí a lamerme las patas. No es que yo quiera, es esta ciudad la que me lleva. Yo era bien derecho, me cae. La primera vez no puede, sentí gacho y hasta dejé ir a la chavita que se puso a llorar. Pero luego ya no y es que la gente no entiende que es mejor no hacerla de pedo porque…

Mi tierra

Ciudad

Ésta eres tú, mi tierra. Eres lo último que me queda entre mis dos fronteras de cielo y de mar. Eres algunos árboles valientes que sobreviven en el cerro, eres las desesperadas huellas en los lodazales del verano y los nostálgicos colores de tus pueblos, ya ciudades. En ti siembro los últimos sueños del hombre, en ti dibujo las sombras que van quedando de todos aquellos atardeceres bañados de aire fresco. En ti añoro las…

Si lo sabes acomodar

Ciudad

En esta torre está tu abuela, tejiendo todavía esa bufanda que te prometió cuando tenías cuatro años y que ya de tan larga podría pender del techo de la casa y alcanzar el jardín allá abajo (¿lo ves?, porque yo no). Y acá la tía Erlinda, mírala con la tacita de té de manzanilla frío: tan atenta como siempre desde su ventana al reloj y la llegada de los vecinos, y las vecinas, y las…

Insuficiencia

Ciudad

Algo faltaba en su ventana. No, no eran las flores marchitas de la cuna de Moisés, tampoco eran las persianas. En su lugar habían retazos de telas y un mantel viejo y papel periódico pegados con cinta adhesiva. No eran los sillones arañados, sucios, deshilachados, comprados de segunda mano. Ni los cojines que no existían pero que algún día estarían ahí, esperando la hora de la siesta. No era el teléfono sin tono, ni las…

Chamán

Ciudad

Un chamán fuma una especie de pipa. Volutas pronunciadas y grises salen de ésta. El individuo levita sobre la ciudad. Por la espalda lleva una capa color granate bordada en oro; el capuchón termina en una batuta con la que dirige al viento. El hombre mantiene los ojos cerrados. En el antebrazo derecho lleva un tatuaje: es un coyote que aúlla con el hocico en dirección al cielo. Su rabo apunta hacia el norte meneándose…

Mujer metrópoli

Ciudad

Eran otros tiempos, o quizá fue que yo era otra; ser vivo entre los vivos, llama fatua queriendo vivir a costa de lo que fuera. Los días eran insuficientes, las noches demasiado cortas. Se trataba de nunca dormir para jamas tener que despertar. Vivir sin sosiego edificios y calles, en coche o en metro, llena de ebriedad, colmada de fiebre por andar sin fin: quería conocer todos los callejones, brincar de todas las ventanas. Subir…

Censura

Ciudad

Tráfico, edificios altísimos, smog y ese tono gris casi imperceptible pero inequívoco que caracteriza a las grandes urbes. Ahí estaba el hombre, a las afueras del metro y completamente desnudo. Los transeúntes lo miraban con los ojos agrandados por la sorpresa. Algunos autos se detenían porque no daban crédito a lo que sus ojos descubrían. El hombre parecía confundido, como si no se percatara de su situación. Los murmullos de las personas se sumaron a…

Cheche

Ciudad

Heriberto del Huerto Altamirano nació en un rancho y, desde que las primeras olas de Internet llegaron al pueblo, decidió largarse apenas le fuera posible a la Gran Ciudad, a vivir bajo noches iluminadas, tardes aglomeradas y moderneidad. De su vida austera no quería más que su desaparición. Cheche, como le decían por sus iniciales, llegó a su destino soñado a los 16 y, aunque se sintió como caviar recién empollado en un océano de…

Apología de la confusión

Ciudad

I. Últimamente discutíamos por todo. Hablábamos de nada. Nos contábamos una y otra vez aquellos pasos mal dados, las vueltas a una cuadra por la que ya habíamos pasado, como si los errores nos confirmaran que a pesar de llegar al destino deseado éramos un caso perdido, un par de sujetos sin tiempo conjugado. II. Howard Gardner clasificó la inteligencia en 8 grandes rubros. Yo, por ejemplo, no tengo nada de espacial. III. A lo…

Celestino Tipocholo observa la ciudad desde el cielo

Ciudad

Guáchate nomás cómo se topa el barrio desde arriba. A todo dar. Malo que no semos águilas para vidiar a las vecinas arreglarse, los oclayos aquí fallan. Chingos de tatsis ruleteando, pa’ ganarme la vida, yo mi ranfla no la trabajaba. ¿Se ve tantamadre desde aquí, veá? Si a mí me tocara organizarlos, me desentendía del desmadre. Porque ya lo dijo mi compadre, a estos borregos no hay quien los cambie. Toda la gente anda…

La rana

Ciudad

Se detuvo junto a la ventana de mi carro sólo para recitarme un poema. Así, sin conocerme siquiera, empezó a hablar sobre una rana que abría las piernas y daba un salto para salir del universo. Esas palabras que no las hizo para mí, durante todos los segundos que estuvo hablando, fueron mías. Un gesto de dulzura que pasa a veces en la ciudad y él sin saber la falta que me hacía. Quise ser…

De nuevo

Ciudad

Piensa que debió haberse adueñado de la ciudad cuando tuvo la oportunidad, pero ahora ya es demasiado tarde. La ciudad flota a cientos de metros por encima del desierto y no hay manera de llegar a ella. Lo único que le queda en este momento es asumirse como parte de un mundo conformado por gente prescindible, marginados y olvidados que se ganaron su lugar en el destierro, un mundo en el que ella habrá de…

Los vieron caminar

Ciudad

Se entendieron en el primer instante, ese que pasa cuando los dedos se entrelazan. Se llenaron de ciudad en los labios. Se caminaron en los callejones. Se detuvieron de semáforos en los besos. Júpiter los alumbró con la velocidad de la luz de un poste. Les fue difícil reconocerse entre las estrellas veladas por el smog. No así las miradas, expandidas en sus centros de alumbrado público. La ciudad que los abrazó. Sus sonrisas.

Devorador

Ciudad

El monstruo devorador de ciudades despertaba cada mil años y se tardaba otros mil en devorarlas por completo. No era grande, era del tamaño de una partícula, con flagelos largos como hilos de pensamiento borrosos que abarcaban las fronteras. Estaba más hecho de desidia que de costumbre y no le gustaban los días fríos o lluviosos, ni las despedidas.

Recorrido nocturno

Ciudad

Todas las noches salgo a caminar desnudo, con los pies helados que van dejando huellas de sangre sobre el asfalto de lija. En alguno de mis recorridos me he encontrado con ella, también desnuda, rezándole a la luna con un fervor de antena parabólica. Sus modales ni los conozco porque nunca me saluda, pero siempre va con una sonrisa que disimula la tristeza de la obscuridad. A pesar de coincidir de vez en cuando no…

Elusté Doyo

Primero fue la imagen

Elusté Doyo se encuentra cada día en el breve oleaje que le refleja desde el recipiente de ocasión. Contempla con afán los mares rojos, golfos amarillos y océanos traslúcidos cuyas mareas controla y absorbe como luna supernova. Las doctrinas filosóficas, sociales y antropológicas se fusionan en él. El tiempo pierde sus manecillas, la materialidad abraza el sinsentido y su humanidad retrocede unos quince mil años. Se convierte en Dios, se convierte en inmortal, alienígena, aborigen, estrella…

La hormiga desterrada

Primero fue el texto

Lissette no tenía cabida en aquél grupo. Siempre fue considerada una hormiga rara entre todas las hormigas. Salía temprano como todas las demás, trabajaba al unísono del grupo, pero se reusaba a acarrear cualquier cosa. Apenas se descuidaban, se encaminaba hacia las flores, trepaba una, diez, cien y más veces por los tallos hasta los pétalos y escogía los granos de polen más gordos. Nada de pajitas ni desperdicios. A veces se detenía en las…

Aquella población

Primero fue el texto

En los pliegues de la montaña se extiende un conjunto de construcciones, ladrillos y baldosas color carbón. Si se recorren sus caminos, sus subidas y bajadas, sus desniveles y sus curvas abruptas, se siente el viento doblar en las esquinas y su lampo invisible —es decir, el chiflido que a su paso deja— es abrasador. Casi al centro de aquél lugar se encuentra un rectángulo delineado y contenido únicamente por los restos de los coches…

Viscoso subterráneo

Primero fue el texto

Son las siete de la noche y una mano sujeta con fuerza el muslo de María. Ella mira de reojo y lejos de causarle molestia desea que la mano la posea y se vuelque vertiginosa en su entrepierna. Una minifalda y unas medias grises que llegan arriba de la rodilla dejan espacio suficiente para poder ver su blanca y delicada piel. En alguna parte del trayecto el metro se detiene y las respiraciones agitadas se…

La tragedia del perro Lúnico

Primero fue el texto

Nadie se preocupó, lúnico que necesitaba era que lo cuidaran; nadie lo cuidó, lúnico que necesitaba era que lo amaran. Cuando nació, su madre ladró y, Lúnico, sangre de perra lamió. Pobre. Lúnico sacaba la lengua cada mañana y algún godínez, cafeína derramaba; era lúnico que lo mantenía. Se negaba a dormir, le gustaba su insomnio, lúnico compañero. Por las noches, lúnico que hacía era ladrar imitando el primer lúltimo ladrido de su madre. ¡Callen…

Del yo y los otros

Primero fue el texto

Me miraban, yo sé que lo hacían, y mientras todos se llenaban de odio y envidia yo, el único, el ser inmortal entre los mortales, sólo me reía. La historia iba a repetirse una y otra vez. Nadie podría evitarlo, así era como se escribía cada siglo, cada milenio, el cuento de los hombres. No podía ocultar el haber sido diferente. Ni aún queriendo ser un simple hombre, no lo era, no era posible que…

Pensándolo bien, mejor no

Primero fue la imagen

Oí gritos y a una persona toser a mi espalda. Perdí la cabeza; no quería morir ahogado por la multitud. Corrí todo lo que me dieron las piernas, jadeaba. Atravesé el lugar y me escondí en los baños. Quedaba todavía una bala en mi revólver. Recuperé el aliento. Reinaba un silencio extraordinario, como si los chillidos de esta sociedad convulsiva se callaran expresamente. Me puse el arma frente a los ojos, vi el agujero negro…

Soliloquio de un voyeur

Amor y amistad

No había cosa que deseara más que verla desnuda, pero no tenía idea de cómo pedírselo. Durante mucho tiempo traté de encontrar la manera en la que un tipo como yo pudiera acercársele con una petición como ésa sin ser rechazado al instante: no soy fotógrafo, ni pintor, tampoco tengo aptitudes para el dibujo ni interés alguno por hacer poemas; estoy completamente incapacitado para escribir una gran novela amorosa basada en su vida; nada tengo…

Cordal

Primero fue el texto

Uno por uno íbamos caminando. Sin querer hacíamos una fila, no muy derechita, pero una fila. Recuerdo los hombros del de enfrente y el de atrás recuerda los míos —me lo dijo unos días más tarde—. No sé si hacía frío, pero el cielo era gris. Creo que era de madrugada. Cuando respiro profundo todavía siento la humedad en el pecho. Cuando es de madrugada, ¿es de día o es de noche? Sigo pensando en…

Alado deletéreo

Primero fue la imagen

Tara intentaba sonreír con la mejor de sus caras, estaba acostumbrada a fingir y las pastillas la ayudaban a que la realidad no se le notara. Esa mañana sintió ganas de cocinar tarta, de preparar café y de ver a los últimos amigos que le quedaban. Como siempre llegaron puntuales, como siempre le parecía insufrible la arrogancia de Indiana y el acartonamiento de Mac, como siempre le dijeron que se veía con una alegría renovada,…

Nothing but mammals

Primero fue el texto

El instinto gregario, el afán por estar juntos. Coordenadas paralelas, eso que llaman «la época». Hacer historia, pasar desapercibido. Ignorar al pasado, hacer como que construyes un futuro sin estar viviendo el presente. Descartar lo inmediato, sobrevivir entre fiestas, gritos, excesos… Soportar el bullicio. Comer... Masticar con ansias aquello que cruje, llenarlo de miles de salsas, atiborrarse la boca, sentir una bola de comida pasando por tu garganta mientras piensas que, de no ser por estos…

Ciudad de Izamal

Amor y amistad

Orgulloso de sí mismo el ciego da una palmada violenta a la jaula de los pollos, suspira recordando los tiempos de su juventud. Afuera del autobús el sol desciende. A la distancia el color juega con los amarillos de la ciudad. Cuando Emilio nació su padre ya había conseguido lo que la gente llama «un buen puesto en el Gobierno del Estado», lo que hacía que Emilito considerase al Wal-Mart y al Chedraui como enormes…

La dejada

Primero fue el texto

Ahí la llevamos, joven, ¿qué más? Empiezo a las 5 de la mañana y a veces regreso a las 10 a la casa a echar unos huevos y café; pero si ando lejos, pues ya me chingo una torta o lo que sea. Los martes y jueves, por ejemplo, dejo a cuatro personas en la Central de abastos y ya me quedo en esa zona, para ir al cantón. Yo vivo sobre Zaragoza, cerca de…

Ella se llama Cuando

Primero fue la imagen

Cuando está recostada en la cama mirando a Milo, quien descansa boca arriba con los labios semiabiertos, la barbilla temblando imperceptiblemente al tiempo que su pecho y sus manos, una sobre su pequeña teta izquierda y la otra sosteniendo la mano de Cuando, se inflan. Cuando no se cansa de mirarla y recorre sus cejas pobladas reconociendo la perfecta depilación en su parte inferior, la más próxima a los párpados, pero no la de su…

Complemento

Primero fue la imagen

Seres aerobios y anaerobios con cara de cíclope y hasta de ninja. Lombrices que se arrastran sobre el limo fértil, ese que como pasajero nunca paga peaje a los ríos. Lluvia y helechos con sus esporas minúsculas vertiéndose sobre la tierra o arrastrados por el viento. Pólenes rojizos que promiscuos sorprenden el candor de las flores risueñas que, de buen humor, abren sus corolas al sol, pero que bajo los rayos de la luna se…

Humanos demasiado humanos

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El fracaso del Proyecto Humanidad no sorprendió a nadie (de hecho todos lo esperaban) aunque de pronto se sintiera en el ambiente una fe incierta; dejo de ingenuidad necia y abatida. Se quería creer que en esta ocasión, quizá la idea se impondría a la realidad, que ahora sí sería posible, aun frente a la evidencia histórica de todo lo contrario, vivir como humanos conscientes más allá de la propia piel, del propio origen, del…

De los últimos días

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Éstas son las últimas cosas –escribía ella–. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. Puedo hablarte de las que yo he visto, de las que ya no existen; pero dudo que haya tiempo para ello. Ahora todo ocurre tan rápidamente que no puedo seguir su ritmo. —Paul Auster, El país de las últimas cosas La orden fue disparar. Enfocar a los cuatro vientos hasta verlos sangrar. Perforar cualquier insolente esquina y traspasar la…

Julio

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Julio viajó en el tiempo. Encontró la manera de regresar a la época de su pubertad y conservar el conocimiento y experiencias que ya tenía, pero en su cuerpo pubertoso. Ahora sí podría impresionar a las chicas, parar al maestrito mamón, ser el líder de la bandita, tener mejores relaciones con su familia cercana y no tanto. Todo sería mejor, porque ya no era el mismo chico tímido que lo arruinó todo. Llegó al momento…

Vello Amor

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A veces el amor es tan ágil que nubla los sueños de colores, desviste las pieles en trocitos-texturas de rojo y los calcetines cambian de forma a las dos de la mañana. Una habitación perfumada de sexo a las tres menos veinte es testigo del movimiento de caderas disléxicas que se frotan la espuma en sus cuerpos de estropajo. Gemidos tartamudos que se escapan por los muros llenos de verde limón, mientras los insectos deciden…

El amor en tiempos del messenger

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Nadie sabe querer, porque no hay un método; nadie sabe querer, porque no hay formula; nadie sabe querer, porque no hay guión establecido; nadie sabe querer, porque no hay reglas. El amor, en su etapa contemporánea, pertenece a un ser Narciso. No queremos querer a otro; queremos que nos quieran porque más vale recibir que dar. Al amor lo ha consumido el ego. Lo ha devorado, lo ha absorbido un ente que piensa sólo en…

Plegaria de tierra herida

Primero fue el texto

Señor de esta tierra herida/ llegamos hasta ti con la mirada sucia de cenizas/ y nublada de tanto desconsuelo/ de no encontrar sino el espíritu herido de tanto golpe/ de tanta infamia Haz que la justicia/ tenga la misma estatura que nuestra rabia/ que este dolor indecible/ porque no puede seguir este desahucio/ ni esta drástica ausencia de sueños/ sepultados con la indiferencia/ de manos blanqueadas y vista gorda Son varios/ pero siempre son más…

Jorge

Amor y amistad

Jorge Cemi estaba loco por su maestra de actuación de un taller de la prepa. Una mujer diez años mayor que él que, aún sin maquillaje, parecía una muñeca de porcelana. Ella lo vio al principio como una cosa muy tierna e inocente pero luego, poco a poco, encontró en él a un verdadero amigo. Le contaba todos sus problemas, sus amores y desamores. Él escuchaba. A cierta hora, al terminar su última clase de…

Amor insecticida

Amor y amistad

Siempre he encontrado un especial encanto por los amores imposibles; esa atracción suicida al intentar cruzar la línea de la amistad, esa que me hace ir valiente como todo un guerrero que no sabe usar ni un arma, como un soldado que sospecha que la batalla está perdida. Aún así voy y me lanzo contra la muralla que impone el ser amigos, que no permite el reconocimiento de humedades, ni los acercamientos de bocas, ni…

La furry girl

Amor y amistad

Queriendo devorar al mundo con los ojos pasamos la vida viendo todo, comiéndonos con la mirada cada rincón del planeta. Menos al cielo, a ese nunca lo observamos. Parece que imaginar mirar estrellas, y entre ellas viajar, es errar. Si no fuera por mi complejo de Diosa a mí tampoco me importaría mucho el delirio del sueño guajiro que representa el no ver lo que todos ven sino lo que yo misma deseo. Así entonces,…

Cuánto más

Amor y amistad

Cuánto tiempo más de convivir con tu ausencia. De imaginar tu cuerpo lácteo. De soñar con tus planetas. Cuánto tiempo más podrá pasar sin que te lea; cuánto más sin verte. Quizá una vida de desearte, volcán espacio engendro de la luz sin tierra.

Por fin el fuego

Amor y amistad

La casa quedó cerrada por dentro. Poco antes de prenderle fuego, Jonás sintió la respiración de María en su espalda; el pequeño aliento con el que vislumbró, lleno de alegría, que faltaba muy poco para estar con ella en el lecho de su descanso, en esa pequeña cajita que la guardaba.

Pocas semanas después

Amor y amistad

Éramos amigos, la complicidad nos fue acercando cada vez más hasta que ya no hubo retorno. Valeria llegó a mi casa pocas semanas después de que Cecilia murió, la soledad de la casa me parecía insoportable, los pasillos siempre se me hicieron lugares tétricos y el desconsuelo me hizo invitarla a pasar. Aunque estaban las habitaciones y los otros espacios, primero se quiso quedar en el sillón, serían pocos días. Empezamos a adquirir el hábito…

Brahatmahamabra yoga

Amor y amistad

Todo empezó cuando cumplí un mes en la clase. Los amigos me decían «hacer yoga te cambia la vida», pero nunca pensé que a ese grado. Mi pierna izquierda y mi brazo derecho se rozaron de una manera muy extraña ese día. Fue tan reconfortante que aguanté la posición todo lo que pude y cuando, extenuado, quise relajarme, mis extremidades me forzaron a seguir ahí, como un buda sin ninguna calma en el rostro. ¡Ah,…

Entonces lo sabrás…

Amor y amistad

Julia empezaba a pensar en el amor y preocupada le preguntó a su madre cómo podría darse cuenta de si estaba enamoraba. «Muy fácil», le contestó, «cuando conozcas a esa persona especial y sientas que no puedes respirar si no está cerca, lo sabrás». Julia comenzó a tener novios y a deshacerse de ellos para comprobar la teoría de su madre, pero no pasaba de extrañarlos unos días. Al llegar a quinto de prepa conoció…

Amar por amar

Amor y amistad

El metro estaba atiborrado. Tuve suerte de que se desocupara un lugar y pude sentarme, me hacía falta porque llevaba mi bolsa, un alterón de folders con trabajos de mis alumnos para calificar y la flor que Rubencito me había regalado. Me acomodé lo mejor que pude. Alcé la vista y vi una señora de aspecto humilde con sus blancos cabellos peinados en una trenza y con un gran bulto atado con su rebozo a…

El inicio de la playa

Amor y amistad

Se miran. Se vuelven de pronto dos destellos e iluminan las corrientes. Destierran la solemnidad, soplan con la boca expansiva que alza las olas y se desploman con azotes de sal, pulen peñascos con paciencia rabiosa hasta reducirlos a arena. Son el embate y la calma que sigue al arrobo de la tormenta. Son la piel tensa de la vela hinchada. Son el grito en popa cada noche y por la mañana. Son la cresta…

Baldío

Amor y amistad

Lo incierto. Quizás no regrese de Baldío. Meses atrás. Aguardó a que su mujer durmiera para tomar la mochila que preparó con prisa. Irse. Hacía tiempo que lo pensaba, hacía unos días que le escocía la urgencia. Desaparecer. Escogió un lugar sin nombre, desierto, donde el sol se alzaba como un fantasma. Lo desconocido. Quiso desbordarse de los límites. Le pesaba no poder estirarse sin tocar con los dedos el techo de su casa.

BFF (Best Friends Forever)

Amor y amistad

Esta es la historia de Andrea, una bailarina de 18 de años que vive sola en la ciudad. Todos los días al salir de clases, su novio la visita y hacen el amor desenfrenadamente. Él es Jean, chico francés de 24 años que se encuentra de intercambio en una prestigiada universidad. Ambos lucen muy enamorados desde el día que se tomaron de la mano. Hace unas semanas festejaron su aniversario de novios y Andrea le…

Todo o nada

Amor y amistad

Amor, eterno pasillo de posibilidades finitas; una carrera de obstáculos cargada de adrenalina y deseo. Efímero, posible e imposible, a primera vista y a distancia. Amor que irrumpe en el cuerpo, robando la tranquilidad y el espacio. Angustia y encanto. Amistad, un viaje de diversión sin límite, desenfadado, lleno de respuestas y sublimes experiencias. Amistad que perdura, que se convierte en risa y apacigua el llanto. Amistad que baila, canta y descubre. El amor duele,…

Salomónica

Amor y amistad

Intentó el honesto amor de Octavio, sus zalamerías, sus guiños, sus flores siempre luminosas, hasta sus promesas de rizos ensortijados y manos perpetuamente engranadas. Intentó el rabioso amor de Esteban, que la asaltaba en los remansos de su propia habitación y le desprendía vestido y botas y el pesado saco de ante y el tocado de flores, y la engullía en una caricia tensa que desconocía cumbres prohibidas, y la prendaba de él como él…

Flotando

Amor y amistad

Casi siempre, de un tiempo para acá, viste de negro o de gris. Va con los labios rojos encendidos. Su cabello lacio y los ojos levemente rasgados detrás de sus lentes cuadrados brillan entre la sorpresa y el tedio que le causa a veces el mundo. «Me da hueva», dice con frecuencia. Sólo necesita una ocurrencia mía, alguna pendejada de esas que digo a veces, para soltar la carcajada. Reímos hasta que nos duele la…

Crear

Amor y amistad

Esto que somos y lo que fuimos: fiesta de estrellas aferradas al beso anónimo, a la caricia prehistórica de noches centuplicadas derramándose sobre plumajes de flores que coronan silencios y gritos de la tierra: entretelas de un infinito de geometrías que se plasman en lienzo, piedra o papel. Manos… Manos en coito con la pluma y el pincel, en amasiato con las notas de un piano en maridaje con el elemento que cincela el alma…

Después de la esperanza

Pena

Volverá el silencio y, peor que si estuviéramos muertos, va a olvidársenos que alguna vez caminamos bajo el sol respirando un aire de lavanda. Llegará entonces la noche y no se irá nunca más. Algunos, los más pequeños, preguntarán quién es ese de ahí que cuelga del infinito, pero nadie habrá de contestarles porque nadie querrá recordar. Se irá el viento y el agua nos sabrá a metal. No volveremos a ver una flor o…

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