Pajaróscopo
Ni siquiera se movía mucho, sólo se quedaba ahí parado viendo el mundo pasar y se estaba quietecito. Lo tuvimos en casa desde que era…
Ni siquiera se movía mucho, sólo se quedaba ahí parado viendo el mundo pasar y se estaba quietecito. Lo tuvimos en casa desde que era…
Toda cicatriz carga memoria. Accidente, necesidad, a veces intención, pero siempre porta razones: «rompí una ventana con la palma y me pusieron cinco puntos; casi…
Cada vuelta, cada giro entre los sabores de sal y roca, como la remota morada en la que habitaste. Y el mar se condensaba con…
La verdad es que la gente nunca sabe lo que dice. Una vez me dijeron (no estoy del todo seguro de quién, pero culpo a…
He alzado el vuelo entre millares de cerillos a medio prender, a medio asfixiar, y he creído que amanecía de un dulce color naranja. Mi…
Aquella vez estábamos sentados en la escalera y por la ventana entraba un chiflón que nos hizo abrazarnos para no sentir frío, pues no traíamos…
“El frío, en sí, es la ausencia de calor, tratándose por lo tanto de una consecuencia del calor, y no de un fenómeno independiente. […]…
Escogió el mar, ahí donde lo condenable carecía de adjetivos. Le bastó soñar con una lancha, arrancar el motor y andar hasta perder de vista…
vengo de mis extranjerías de mis nimbos de mis nudos de mis dislocaciones desde el muro reventado y la marisma desde la ida estéril a…
Cada vez, otra vez, y entre una y otra ángulos distintos. Cuántos contornos tiene un cuerpo, un ojo, una cabeza –adivina, descubre, parpadea–. Alguien inventó…
No dejes para tu boca lo que debes escupir, para tus ojos lo que debes llorar ni para tus oídos lo que acabas de escuchar.…
Francis Ford Coppola marcó mi infancia con su versión fílmica de Drácula: el príncipe, el empalador, el fantasma transgresor de doncellas. Desde entonces me perturbó…
Dos cuerpos, de sus cabezas no sabemos nada. Una mujer embolsada y el desierto hirviendo su podredumbre. No pudimos salvarlo. Un coágulo nos mira desde…
Y me pregunto por qué no habla. «Los dioses no hablan», dice. Sus voces de casa, abismo colgado, cabeza de sangre. Conversar usa el tiempo…
Cuando comience el fin de esos tres minutos que parecieron eternos, empieza a limpiarte las lágrimas y los mocos. Quítate de la cara los últimos…