Tras ganar su primer premio en efectivo, cambiarlo por brandy y cerveza y beberlos con sus rivales, descubrió su pasión por las letras y que la sopa en realidad sí es un buen alimento.
Dando rienda suelta a las barbaridades de sus ideas fue cofundador del movimiento escolar “Poesía barata” (columnas en salones que sostenían versos adolescentes e irreverentes acompañados comúnmente de uñas, hisopos usados, algo de sangre y fotografías casuales). Paradójicamente al finalizar el año pintaron los salones y dejaron esas columnas vivir un año más, convirtiéndose así en su más larga exposición. Fueron estas columnas las que le brindaron a sus ojos un regalo y le llevaron a estudiar diseño gráfico, donde inundado de arte y basura escribió canciones y produjo en compañía al famoso grupo “Las Parásitas Ciegas”, el que tras las muertes de su vocal se transformó en “Efecto Gelatina”, para luego derretirse y olvidarse.
Ante la derrota emprendió la salvación a través de fotonovelas eróticas en una revista porno independiente, fotocopiada y vendida en buses. Ese mundo, enfrentado al de sus padres, fusionó en su interior carne y espíritu, haciéndole siempre el más santo o el más vulgar. Decidió entonces extraditarse y buscar un lugar donde alguien respetara un poco lo que hacía, aunque no supiera muy bien qué hacía. Desde entonces expone en salas clausuradas y calles transitadas, funda imágenes y texto e intenta provocar en quien pueda algo de estupor, emoción o confusión.
