Me acuerdo de mí. No es desde un paisaje que podría o no despertarme la nostalgia. Tampoco es el gastado recuerdo de una juventud pasada, ni los sueños tan deseados que, sólo por ser sueños, los deseaba. No viene, este hedor de mí, de ninguna coladera abierta que yo haya dejado destapada por descuido. No es este un momento reflexivo que haga recuento de las victorias para, al fin, sólo jactarme de las pérdidas. No son mis horas perdidas, ni las sobras de una vida en vías de caducar. No es una herida rencorosa por sanar. No es nada de mí esta cueva abierta que me lleva a mí.
Escritora. Mar de nervios en esta carne contrahecha. Sentir, sentir, sentir. Y de ahí pensar. Y así decir. Y en todo eso vivir. Vivo colgada de la parte baja de la J en la palabra ojalá.
Autocombustión
Hace tiempo debí decirlo, pero las palabras no son mi fuerte y mucho menos cuando se trata de decirte que te amo sin…
Adiós Adiós
Decidí parar, dejar de hacer de mi condición razón de muerte. Detuve la poesía que exacerba el miedo y me volqué a conocer…
Antes de la lluvia
Avanza el calor sobre las piedras, la flor perseverante y serena, abre su corona. Luego, inicia la tempestad.
Mina
Con estas manos hambrientas de camino le abro las piernas. Con estas manos la cavo, con estas manos le rompo el corazón, la…