Skip to content

Amigos

(A la vieja y sabia Babaca)

Yo estaba sentado frente a ti. Tú lucías enfermo, solitario, lastimado y abandonado.

Me acerqué lentamente pues ustedes tienden a ser muy agresivos, sobre todo cuando no saben lo que está pasando.

Pero no me hiciste daño.

Sonreíste y me acercaste un pan duro, me ofreciste tus periódicos y encendiste una vela.

Desde entonces vamos juntos.

Somos amigos, de los de verdad, de los que juntos aguantan el frío, el hambre y el cansancio.  Desde aquí te veo y agradezco mucho esta vieja cuerda y este viejo collar que me mantienen junto a ti.

Me gustaría que me entendieras, que supieras lo que la luz de tus velas significa para mí.

Me quedo contigo, amigo, no importa ni el frío ni el hambre, mucho menos la obscuridad.

Loading

Escritor. Hombre bueno, de mal genio. Escribo, leo, vendo, imagino y fumo cosas.

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Atemporal

Humo

Palabras que no se pueden decir, que se quedan en silencio. Quieres decirle que te agota el pensamiento, que sientes espasmos en el…

Cada noche es una aventura en mi ciudad

Ciudad

Mientras camino por la banqueta me doy cuenta de que alguien me sigue. Trato de aflojar el auricular que traigo puesto ­­(siempre el…

Volver arriba