Cerrar los ojos. <Abrirlos>. Cerrar los ojos y abrirlos despacio. Cerrar los ojos y ver la silueta de un iris que parece mío y que en clases de ciencias naturales y a manos de un bisturí en el ojo de una vaca aprendería las partes del globo ocular. Abrir los ojos: ver esas luces <encendidas/apagadas> interrumpir su presencia a gran velocidad. Me desubico. El aire revive el olor a encierro, las paredes blancas hacen de las lámparas unas manchas parpadeantes en la oscuridad. Huellas mnémicas. Muerdo mis labios, rechino los dientes. Abro los ojos y siguen todos aquí, entran nuevos curiosos.
El ruido sigue. Cierro los ojos, muevo la cabeza y se agitan tus manos… espera, no, no son las tuyas. Son tus manos y las mías encima de tu pecho. Cuatro manos y veinte dedos hacían esa noche el nodo perfecto; tu brazo y un árbol 60 semanas atrás.
Abro los ojos, busco a A entre tanta B de cabezas sin fondo. Espejos distorsionados, las luces hacen un eco visual…
blanco
verde
gris
transparente.
Mejor me volteo. Algo se cae, siento la mirada extraña de un curioso en la entrada. Reviso el celular con un ¿Ya vas a llegar? en la mente. Mensajes sin leer y un estrobo retratado: es una luz sin caos; no así mi cabeza: he comenzado por combinar recuerdos. Desfases: 7 horas antes o después, tal vez sólo un par. Al fin llega A, los estrobos se detienen y el rancio pastiche de recuerdos desaparece.