Skip to content

Patíbulo

Escogió el mar, ahí donde lo condenable carecía de adjetivos. Le bastó soñar con una lancha, arrancar el motor y andar hasta perder de vista la costa.

El oleaje lo golpeó, pero así lo hicieron también los años.

La sal en la boca no importó.

Tampoco el atardecer con la guadaña ultravioleta que caía en el horizonte.

Imaginó que el sol sería su ejecutor hasta que los tentáculos del kraken lo arrastraron al fondo de la cama.

El último respiro.

Loading
Escritora. Cafeinómana, observadora, insomne. De ser trapecista caminaría todo el tiempo por las orillas.
Ilustradora. Mujer a la que le cuesta trabajo describirse en pocas palabras, pero que en un intento de ello podría decir que es mitad mariposa, mitad escorpión. Buscadora incansable del placer de vivir, cazadora de sombras, recolectora de cristales, espía de ventanas, coleccionista de reflejos, soñadora, viajera, filósofa y psicoloca frustrada, apasionada, sensible ante cualquier estímulo, observadora compulsiva, amante del amor, de la humanidad, de las bellas artes, del erotismo, del conocimiento, de la naturaleza, de cualquier cosa que despierte su asombro y creatividad. Cree en la humanidad y en el arte como productor de conciencia social. Canta, dibuja, escribe y toma fotos para sentirse más viva.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Intangible y absoluto

Espíritu

El viento se había cansado, pero la quietud era casi brillante y traspasaba mi todo traslúcido. El lapso de un suspiro me llevó…

Antes de la lluvia

Tempestad

Avanza el calor sobre las piedras, la flor perseverante y serena, abre su corona. Luego, inicia la tempestad.

Volver arriba