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Del yo y los otros

Me miraban, yo sé que lo hacían, y mientras todos se llenaban de odio y envidia yo, el único, el ser inmortal entre los mortales, sólo me reía.

La historia iba a repetirse una y otra vez. Nadie podría evitarlo, así era como se escribía cada siglo, cada milenio, el cuento de los hombres.

No podía ocultar el haber sido diferente. Ni aún queriendo ser un simple hombre, no lo era, no era posible que lo fuera; aunque sangrara y muriera como todos, yo era eterno, lo sabía, lo sentía. Los otros eran las moscas y los gusanos del cuerpo putrefacto de la vida.

Yo sólo sé que soy otra cosa, no sé exactamente qué o quién, pero otro, otra, no como ellos, diferente.

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Escritora. «Larga y ardua es la enseñanza por medio de la teoría, corta y eficaz por medio del ejemplo.» –Anónimo
Tras ganar su primer premio en efectivo, cambiarlo por brandy y cerveza y beberlos con sus rivales, descubrió su pasión por las letras y que la sopa en realidad sí es un buen alimento ...
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Consejos a una muchacha que se escapa

Pena
Cuando la lluvia se te enrede en las botas como alas y meteoros no desistas. Tampoco temas de la luna aplastante que se yergue a tus espaldas, ni a las temerosas brisas que se enrojecen como lenguas extranjeras. Ni al temor de las piernas cuando el miedo agita sus banderas terribles, ni al ocaso y sus colmillos despuntando en tu cara los instintos.
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