Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.
«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»
Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Ilustradora. Buscadora, viajera, siempre cambiante. Contadora de historias en este viaje ilustrado.
Demasiada superstición
La primera vez que a Martina le leyeron las cartas no fue sino una decepción. Ella esperaba que después de haber pagado tanto…
Autocombustión
Hace tiempo debí decirlo, pero las palabras no son mi fuerte y mucho menos cuando se trata de decirte que te amo sin…
La caída
La vida siempre fue un eco tímido, una duda sin sentido, un no saber, un no sentir. Esa lucecita, que un día encendieron…
Al muro en sus labios
En ella vio las mismas sombras, hablaban de los mismos fantasmas. La misma acidez patibularia cada vez que se sentaban a la mesa…