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De ciertas islas

Algún día vendrán a rescatarme, pese a que ya hay demasiados barcos en altamar que estorban el recorrido de los mensajes de auxilio que envío en botellas de vidrio desde esta isla desierta.

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Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo. «Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.» Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Ilustradora. Buscadora, viajera, siempre cambiante. Contadora de historias en este viaje ilustrado.
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No pares, ¡sigue leyendo!

Demasiada superstición

Espíritu

La primera vez que a Martina le leyeron las cartas no fue sino una decepción. Ella esperaba que después de haber pagado tanto…

Al muro en sus labios

Pena

En ella vio las mismas sombras, hablaban de los mismos fantasmas. La misma acidez patibularia cada vez que se sentaban a la mesa…

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