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Son las 3 de la tarde

¿Bueno? Sí.. ¡Ah, hola! Sí, claro. Todo bien. El trabajo, normal, ya sabes, lo de siempre. Sí, sí, donde mismo. En realidad no, pero todo bien. También bien. Sí hace tiempo que no hablamos. No, no supe. Ya… Claro, me imagino. ¿A qué hora? No, no puedo. ¡Ah, claro! Sí, sí, sin problema. ¿Qué día dices que me llamaste? ¡Qué raro! Estuve en casa. Ahorita son las 3, sí de la tarde, asómate a la ventana y verás que son las 3 de la tarde. Si fueran las 3 de la mañana no te habría contestado. Porque estaría dormida. No muy temprano, pero a las 3 de la mañana por lo general estoy dormida. Sí, claro.

No, no la he visto. Hace mucho que no la veo. ¿Peleadas? No, solo hace tiempo que no la veo. ¿Su número? No lo tengo. No, no lo tengo. SI lo tuviera, no tendría por qué dártelo, pero no, no lo tengo. Pues como quieras. No, no voy a ir, tengo otra cosa qué hacer. Claro. Consíguelo con alguien más porque no lo tengo. Bueno. Sí, no creo, no quiero verte. No, nada. Sí. Adiós.

Escritora. Mar de nervios en esta carne contrahecha. Sentir, sentir, sentir. Y de ahí pensar. Y así decir. Y en todo eso vivir. Vivo colgada de la parte baja de la J en la palabra ojalá.

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