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Nada

Todo empezó con un pequeño moretón. La piel que cubría sus costillas se le hizo brillosa, tornasol, con pequeñas aberturas tipo branquias

Eso fue un martes al regresar del acuario

Llovía

Él lloraba

En su casa, el agua de la lluvia se metió por la grieta del techo

La vida terrenal que hasta entonces conocía se transformó en un modo acuático.

No hacía otra cosa más que evitar cualquier palabra, asociación o imagen que hiciera referencia al mar, pues cada noche sin quererlo y sin pensarlo era perseguido por pequeñas olas nacientes al pie de su cama

Entonces todo él se retorcía

En su estómago provocaba un brincoteo de órganos, el chirrido de tripas, la sequía de su boca

Él sólo quería ser un pez

Pero sus esfuerzos sólo le alcanzaron para desaparecer sus orejas

Desde entonces su apariencia era  más de un renacuajo

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Escritora. Escribe para no olvidar(se). Escribe recordando que las letras divagan entre libros e imágenes, por eso se apresura a aprehenderlas. Escribe porque le atraen los instantes. Escribe porque le desespera esperar. Escribe aunque su letra sea todo menos bonita.
Ilustradora. El color es una constante en mi trabajo. Algo tan cotidiano, para mí se transforma en un algo único, ilimitado, sin horizontes visibles, en algo infinito que puede introducirse en un formato simple como el papel. Desde mis emociones más íntimas hasta mis estados de ánimo están contenidos en los trazos, los únicos a los que no puedo mentir ni engañar. De ahí que cada pieza tenga un énfasis particular en cada trazo, en cada mancha, en cada rayón, en cada línea, aunque tengan la apariencia de un accidente. Cada accidente está premeditado. La experimentación con los materiales es otro recurso que uso para destacar detalles. No tengo un tema específico pero me gusta dibujar mujeres y gatos o un híbrido de ambos; la mayoría de las veces dibujo lo que imagino. Todas mis ilustraciones guardan una parte de mí: en ocasiones, secretos e historias no contadas, sueños e invenciones de personajes que no podrían existir en otro lugar más que en mis trazos y mente. Sin embargo, todas están siempre abiertas al público para dar pie a que cada espectador pueda crear su propia historia, sus propios personajes, para que inicien una nueva narrativa. A la edad de 24 años, soy egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas –de la Licenciatura de Diseño y Comunicación Visual– y de la Academia de San Carlos con un Diplomado en Arte Contemporáneo. Actualmente me dedico a la ilustración y la docencia.
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