Skip to content

Cómplices por una eternidad

En un futuro no muy lejano tú tendrás menos cabello, yo tendré más canas. Nuestras orejas habrán aumentado de tamaño y las arrugas, probablemente, deformen nuestros rostros.

Seremos dos seres distintos después de todo lo andado y lo aprendido. Hablaremos distinto y pensaremos que la música está muy alta y es más agresiva. Saldremos menos a la calle y tomaremos siestas hasta que los ojos se nos queden pegados de tanta lagaña.

Estaremos más solos que ahora y nuestros perros se habrán ido, también nos habremos despedido de muchos amigos y cada ausencia dolerá un poco menos gracias a la costumbre.

Te enojarás más por cosas menos importantes; cocinaré poco y con menos sal; seguro habremos perdido un poco el gusto luego de seguir fumando tantos años aunque siempre repitiéramos que ya lo íbamos a dejar.

Pronto, no sé cuándo exactamente, pero dentro de algún tiempo, seguiremos viendo películas por las noches, pero nos quedaremos dormidos a la mitad; tú seguirás roncando y yo moviéndote cada seis segundos para callarte y poder conciliar el sueño; estarás más pesado y nos despertaremos más seguido para ir al baño.

Irremediablemente seremos viejos, nos convertiremos en polilla, oleremos a humedad, pero seguiremos viéndonos con la misma complicidad; seremos como hasta ahora, solo tú y yo y el olor de nuestras sábanas que siempre conservará nuestro calor, el mismo calor con el que te estrujo y te acurruco hasta perder la fuerza.

En un futuro, amor mío, por estar tan cansados nos hablaremos menos, pero estoy segura de que a pesar del tiempo, las arrugas y los pellejos, en ese futuro como en este presente y para siempre, nos querremos más.

Loading
Escritora. Bruja de oficio, cocinera de palabras por accidente. Cambio de color todo el tiempo porque no me gusta el gris, un poco sí el negro, pero nada como un puñado de crayolas para ponerle matiz al papel. A veces escribo porque no sé cómo más decir las cosas, a veces pinto porque no sé como escribir lo que estoy pensando, pero siempre o casi siempre me visto de algún modo especial para despistar al enemigo. Me gusta hablar y aunque no me gusta mucho la gente, siempre encuentro algún modo de pasar bien el tiempo rodeada de toda clase de especies. El trabajo me apasiona, los lápices de madera No. 2 también; conocer lugares me fascina y comer rico me pone muy feliz. Vivo de las palabras, del Internet y de levantarme todas las mañanas para seguir una rutina que espero algún día pueda romper para irme a vivir a la playa, tomar bloody marys con sombrillita y ponerme al sol hasta que me arda la conciencia. Por el momento vivo enamorada y no conozco otro lugar mejor. El latte caliente, una caja de camellos, una coca cola fría por la tarde, si se puede coca cola todo el día, y un beso antes de dormir son mi receta favorita para sonreír cuando incluso el color más brillante se ve gris. La Avinchuela mágica.
Ilustrador. Enrique Cedillo (Cd. de México, 1985). Pintor, ilustrador y arquitecto mexicano. Su obra ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas. Como ilustrador, su trabajo más reciente es “Libro (Bucólico/Citadino/Idílico/Infernal)” de la poeta ENE. Ha participado en diversos proyectos como director de arte, y en 2013 dirigió su primer cortometraje junto a Alfonso Ortiz: “Misantropía”, protagonizado por Mario Iván Martínez. Conduce el programa de arte y cultura Violenta Nocturna en radio por Internet.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Volver arriba