Sabes que hicimos todo, le arrancamos agua a las piedras para darle lo mejor a Manuel, lo que necesitara. También eso; ninguno creyó que podría. Lo hicimos. Aunque quisiéramos que nadie más lo supiera. Manuel no querría que se supiera. No lo digas, no, te van a escuchar.
Sólo no hables tan alto. Claramente. Por favor no grites. Ven conmigo, vamos arriba. Tú también puedes venir. Vengan a su cuarto. ¿Ven? Podamos el árbol para que entrara más luz y ampliamos las ventanas. Ya ven que hicimos lo que pudimos, ¿sí?
Ya te escuché. Deja de reírte. No es culpa de Susana, ni de mamá. Tampoco fue mi culpa. Deja de decir eso. Manuel sabía que el tratamiento podía fallar. Se lo expliqué, tú estabas ahí. No dejabas de balbucear y yo no podía concentrarme por tu culpa. Tú también lo sabías. No es nuestra culpa.
Manuel era todo. Ni siquiera a ustedes les prestaba atención. Ahora ya las escucho. A veces quisiera no escucharlas. A veces quisiera dormir, y comer sola. No.
Por favor bajen la voz. Quiero dormir. Por favor…