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Cálmate

No te encuentro por ningún lado.
Cálmate. Estoy calmada. Cálmate. Estoy calmada. Cálmate. Estoy calmada.

La calma es la tormenta. Está enamorada de ella.
Se extrañan mutuamente. No piensan en ninguna otra cosa. Escuchar no es lo mismo que tocar. A todo se llega a partir del opuesto. Piensan.
Se quieren conocer. Mienten.

La calma no es calma pues ansía su destrucción.
Y la destrucción es la vida porque es el cambio y el cambio no está calmado por ningún lado.
La paz de la vida es la muerte de la vida.

Cálmate.

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Ilustradora. Experta en llegar a casa sin dobladillo, hacerla de pepenador y mantener todo en absoluto desorden. “La Muñeca” (mote familiar que ganó al nacer por su tamaño convenientemente particular), se inclina por las artes gracias a los monos de perfil con grandes narices de su padre y a la famosa “libreta roja” de recortes y canciones su madre. Su incapacidad de recrear lo real nace a partir del “Alacrán, cran, cran” cuando, en lugar de una imagen, su madre pega uno real… Hace ilustraciones para revistas, libros para niños y de vez en cuando una que otra escultura con chicle o tela.
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