Algún día vendrán a rescatarme, pese a que ya hay demasiados barcos en altamar que estorban el recorrido de los mensajes de auxilio que envío en botellas de vidrio desde esta isla desierta.
Álvaro Buenaventura
Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.
«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»
Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Sus ojos. Un filo.
Cambio la página. El filo de la hoja me corta. No hay sangre, pero la abertura está hecha. Una punzada. ¿Qué libro era…
Amalgama
Lo que pasa cuando un cuerpo choca contra el piso árido del mundo: al estrellarse queda roto, esparcido. Las dos partes más grandes…




