Skip to content

Rapsodia para Rachmaninov

Te escucho y hablas por mí. Tu piano es más fuerte que mis gritos ahogados en mis manos.

Cállame. Agítame. Hazme sonreír con lágrimas que resbalen hasta mi cuello y que la habitación dé vueltas y yo sienta que no estoy aquí.

El espejismo del silencio y sus voces, porque adentro llevo las del pasado y las del presente y las mías y las del lugar en el que vivo.

Ruido. Pienso en todo y se convierte en ruido. Y la habitación vuelve a dar vueltas a mi alrededor y de repente pienso que en el silencio no hay más que vueltas.

Y entras tú. Con tus notas que parecen conocerme sin habernos conocido. Entras tú con una sinfónica de algún lugar del mundo y lloramos porque fuimos amantes y nos dejamos por temor a destruirnos.

Si dejo de escucharte, el silencio se apoderará de mí una vez más.

Llega una punción que no distingo a qué sabe.

Se queda en mis ojos, en mi garganta y es primavera, verano, otoño e invierno.

Ya no te escucho.

Hemos enmudecido.

El silencio se columpia en mis brazos como el viento que arranca las hojas secas de un árbol.

Loading
Escritora. Cafeinómana, observadora, insomne. De ser trapecista caminaría todo el tiempo por las orillas.
Ilustrador. De manera que el único remedio, en espera de que llegue el asalto final, es volver la mirada a lo extraordinario, lo único que todavía nos puede salvar. –Walter Benjamin
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Llévatelos todos

Primero fue el texto

[Pica hielos] Se rasca la cabeza. Toma la punta de una cuchara de peltre y comienza a golpear la bolsa. No sin tanto…

El trabajo

Ciudad

Cuando se fue a vivir a aquella ciudad perdió la confianza en la gente: las mentiras eran más difíciles de detectar, las promesas…

Bogotá

Ciudad

Imagino que el sol se está pudriendo dorado y silvestre arriba de nuestras cabezas, habla de mi interior mejor que cualquier brujo. Aterriza…

Conversaciones VI

Espíritu

Mi maestro vino a verme con una duda en mente. Por primera vez en todos estos años parecía buscar mi consejo. —Creo que…

Volver arriba