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De escurridores y seca-mentes

Una cazuela y cuatro vasos con sus respectivos platos que aún faltan por lavar. También cuatro tenedores, tres cucharas y un cuchillo ya sin filo. Entre el jabón y la fibra hay una tarja que atravesar. Así la desidia entre comenzar a armar argumentos o dejar que la sensación somnolienta sea un recurso de evasión.

Primero los platos. A continuación, los vasos puestos boca abajo a un costado del escurridor. Imágenes estáticas que sólo se revuelcan en el mismo charco de ideas encapsuladas. Basta un cuarto de hora para desaparecer lo que en al menos 90 minutos fue combinado con tal cuidado como para crear un nuevo elemento que detone saciedad.

Ya lo pensé bien, antes de encender la computadora brincaré entre videos musicales, películas y series del cable a ver en qué imagen me detengo.

Palabras adheridas que forman una frase.

El truco está en acomodar lo llano al fondo para dejar espacio a las honduras.

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Escritora. Escribe para no olvidar(se). Escribe recordando que las letras divagan entre libros e imágenes, por eso se apresura a aprehenderlas. Escribe porque le atraen los instantes. Escribe porque le desespera esperar. Escribe aunque su letra sea todo menos bonita.

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