Skip to content

Hebras

Un lazo es fibras. No es sin nudos. Cuando unos lo piensan apéndice o decoración, para mí es sufijo de la piel. Se atan las manos y los tobillos; las intenciones, la disposición, los temores rancios, los adjetivos. No todo se somete, ni entra en el claustro del individuo: se abren las vías, se unen quien sostiene la cuerda y quien pierde las manos. Abrazo que no sale de las manos. Salida que a fuerza de caricias se vuelve entrada. Entonces a las palabras les sobran sílabas y cada acento es claro y orgulloso.

Ella lo sabe, y me besa en henequén.

 

Loading
Escritor. Lugar común: perfil obsesivo compulsivo, pero es cierto y útil en producción editorial. Editor, traductor, corrector de estilo.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Aquella población

Primero fue el texto

En los pliegues de la montaña se extiende un conjunto de construcciones, ladrillos y baldosas color carbón. Si se recorren sus caminos, sus…

Volver arriba