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Un globo, muchos globos

Uno.

Todos esos carros de carreras a contracorriente de mi atención… fuuuuuuuuuuuummm, uno, otro, cuatro, seis, todos. Uno tras otro en una trayectoria lineal casi perfecta, donde cada uno intuye que la combinación distancia/tiempo hará de una milésima de segundo una barrera más que romper. Apago la televisión, me asomo a la ventana, pasa un carro: una pareja de enamorados se despide. Mis ojos se entibian. El aire, la bocanada de calor, el olor a neumático, los toldos a ras de ese sol. Tu nariz en mi cuello, mi cabello huidizo de tu olor; todo, otra vez todo vuelve a mí como si las noches sin vernos hubieran sido olvidadas, por ti o por mí, por ambos.

Dos.

El campo abierto, los globos volando, mi pie a punto de entrar en una de esas canastas. Son apenas las 7 y la perspectiva cartesiana está por comenzar. Dejas de ser el centro, me da miedo volar.

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Escritora. Escribe para no olvidar(se). Escribe recordando que las letras divagan entre libros e imágenes, por eso se apresura a aprehenderlas. Escribe porque le atraen los instantes. Escribe porque le desespera esperar. Escribe aunque su letra sea todo menos bonita.
Ilustradora. Originaria del D.F., estudié Arte en Cuernavaca, aunque dibujo desde siempre. Ni de aquí ni de allá, soñadora e imaginante.
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