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De pocos amigos

Era de pocos amigos y ahora traía a uno en la cajuela. Se estacionó.

 –Un café muy caliente.

–Hola, muy buenas tardes. Claro, con gusto, ¿de cuál?

–Del que se toma.

–Claro, ¿pero de cuál?, tenemos de todos los que están en el tablero.

 Leyó alguna palabra en voz alta: Express.

–Claro, ¿lo quiere doble o sencillo?

–Normal, quiero un café caliente, ¿crees que puedas ayudarme con eso?

Caminó hacia el final de la barra. Recogió el vaso, leyó lo que la cajera le había escrito: «hombre del saco manchado».

Sin voltear caminó al baño y miró el saco. Una mancha roja en la solapa que delataba todo. Ahora ellas lo sabían.

Salió del baño con el saco en la mano, se volvió a formar y pidió de nuevo un café, pero ahora con una sonrisa y una propina generosa. Se sentó desde donde podía mirar al mostrador. Se dedicó a intercambiar todas las miradas que pudo con las chicas del café, las invitó a cenar. Ambas accedieron a subirse a ese auto de lujo con la promesa de una noche inolvidable.

–Casi no hago amigas, pero ustedes se parecen tanto a mi hermana que no pude evitarlo.

Él era de pocos amigos, pero estaba seguro de que al terminar la noche tendría a tres de ellos en la cajuela del auto.

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Escritor. Estudió Letras Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Obtuvo el premio José Emilio Pacheco, en el área de poesía, así como la beca Edmundo Valadés para publicaciones independientes, en 2004, 2005 y 2009. Actualmente es editor de la gaceta de literatura y gráfica Literal, y de sus distintas colecciones.
Ilustradora. El color es una constante en mi trabajo. Algo tan cotidiano, para mí se transforma en un algo único, ilimitado, sin horizontes visibles, en algo infinito que puede introducirse en un formato simple como el papel. Desde mis emociones más íntimas hasta mis estados de ánimo están contenidos en los trazos, los únicos a los que no puedo mentir ni engañar. De ahí que cada pieza tenga un énfasis particular en cada trazo, en cada mancha, en cada rayón, en cada línea, aunque tengan la apariencia de un accidente. Cada accidente está premeditado. La experimentación con los materiales es otro recurso que uso para destacar detalles. No tengo un tema específico pero me gusta dibujar mujeres y gatos o un híbrido de ambos; la mayoría de las veces dibujo lo que imagino. Todas mis ilustraciones guardan una parte de mí: en ocasiones, secretos e historias no contadas, sueños e invenciones de personajes que no podrían existir en otro lugar más que en mis trazos y mente. Sin embargo, todas están siempre abiertas al público para dar pie a que cada espectador pueda crear su propia historia, sus propios personajes, para que inicien una nueva narrativa. A la edad de 24 años, soy egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas –de la Licenciatura de Diseño y Comunicación Visual– y de la Academia de San Carlos con un Diplomado en Arte Contemporáneo. Actualmente me dedico a la ilustración y la docencia.
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