Ella: Juguemos de nuevo, ahora a que suspiramos juntos.
Él: Mejor sigamos jugando a que estamos muriendo juntos.
Ella: Pero será mejor si salimos. Así todos en el mundo exterior sabrán que nuestro juego es divertido y nos envidiarán.
Él: Mejor concluyamos de una vez… Mira, el agua de la cafetera está hirviendo. Juguemos a que nos vertemos chorros de agua el uno al otro.