Skip to content

Frío

Un tronco deshojado
                color de lluvia

        un árbol viejo y nocturno
un tronco derribado sin guerra

ojo seco

        piel amarilla

                color de jade

Un ojo que en la montaña espera
golpeado por la brisa

ojo enrojecido
        mas soñante

Un huerto de cristal
        que se crispa
                cicatriza
        se para siempre.

Loading
Me enseñaron a escribir y a contar desde los tres años con ayuda de naipes, corcholatas de colores y revistas de ciencia. Mi televisión (de esas grandotas de madera ) no se veía, así que tenía que imaginarme lo que sucedía adentro, ¡oh imaginación! La poesía es como un sol, adentro, único y salvado: respirar de sus manos amigas, como de pájaros azules que se vuelan por el cráneo, pisar el pasto seco y el aroma acuarela de los mercados, decir con sus jaulas las negras olas desnudas que me toman por el brazo; el sol ondula por encima, como un pálido disco blanco enjuagado. Cuando no trabajo en mi laboratorio me gusta salir a caminar mucho y visitar el océano, ¡ah! y los efectos psicodélicos de las guitarras jaguar. Me gustan las puertas viejas y vencidas, los paseos sin sentido y el viento en la cara cuando voy en moto. No me gusta cortarme el cabello.
Ilustrador. Ilustrador amateur de tiempo completo.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

EY!

Desafío

Hemos venido a afligirnos. Cuando el sol florece, cuando no se nubla la vista y todos los arboles sonríen. A preguntarse por qué…

La muerte en pena

Pena

Estaba harta, cansada y muy triste. No quería que la vieran con miedo ni que le huyeran, quería tener amigos para platicar, pues…

Tejedor de Almas

Ciudad

El Tejedor de Almas era un ángel demasiado alto, poco luminoso, translúcido, de mirada vaga aunque de dedos precisos. No las hacía en…

Volver arriba