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Me gustas

Me gustas en la playa, cuando gozas, cuando bailas, porque puedo ver el universo de tus pecas, esas que son como constelaciones rítmicas y que provocan un trance en tu ardiente humanidad.

Me gusta esa efervescencia otoñal que brota en el rosado de tus mejillas y que celebra con el viento el éxtasis de tu risa.

Me gusta tu piel, cósmica y dorada, con adornos de manchitas de colores, donde flotan tus olores de madera y coco dulce.

Me gusta tu agitada cabellera, melodía perfumada de atardeceres, de cielos suaves por donde vuelan pececitos de papel de China, y esa sensación de mirar unos conejitos subiendo por tu pubis, verlos llegar al plexo solar para impulsarse y saltar hasta la luna.

 

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Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo. «Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.» Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Ilustradora. Originaria del D.F., estudié Arte en Cuernavaca, aunque dibujo desde siempre. Ni de aquí ni de allá, soñadora e imaginante.
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Cuando la lluvia se te enrede en las botas como alas y meteoros no desistas. Tampoco temas de la luna aplastante que se yergue a tus espaldas, ni a las temerosas brisas que se enrojecen como lenguas extranjeras. Ni al temor de las piernas cuando el miedo agita sus banderas terribles, ni al ocaso y sus colmillos despuntando en tu cara los instintos.
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