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La mujer de las cenizas

Amanece. Hay neblina. Alejandra espera en el muelle de un lago. Está abrigada y lleva puesto un sombrero del que salen dos pequeñas orejas de hurón. Se quita los zapatos y se sienta para que el agua toque sus pies. Llega una barca en forma de pato. Alejandra sube.

ALEJANDRA.–Espero que estemos a tiempo…

La barca se va lentamente.

ALEJANDRA.–(Canta.) Zum gali gali gali Zum, gali gali Zum, gali gali gali Zum, gali gali Zum, Zum Zum.

Silencio. Pasan unos minutos. Alejandra llega al muelle. Se quita los zapatos y se sienta para que el agua toque sus pies.

ALEJANDRA.–(Canta.) Zum gali gali gali Zum, gali gali Zum, gali gali gali Zum, gali gali Zum, Zum Zum.

Llega una barca en forma de pato. Alejandra sube. La barca se va lentamente. Silencio. Pasan unos minutos.

Alejandra llega al muelle.

ALEJANDRA.–(Canta.) Zum gali gali gali Zum, gali gali Zum, gali gali gali Zum, gali gali Zum, Zum Zum.

Sale el Sol. Se escuchan sonidos de un leñador en el bosque.

FIN

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Ilustradora. Conejo con disfraz humano; el disfraz se dedica a comer, dormir y cagar. Como actividad extracurricular hace teatro, danza, yoga, escribe y pinta… Pero el conejo Randy sólo tiene dos preocupaciones en la vida: que no se acabe el agua y que no se extingan las abejas. Por lo demás, sabe del apocalipsis venidero y lo toma con la mejor filosofía taoísta: aprender a desaprender, guardar silencio y esperar.

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