Nunca me lo diste y lo sigo esperando, entre malas caricias y besos ojetes. Tuve hambre muchas veces y te pedí jadeando algo más que un abrazo. Algo más que un te quiero. Entiendo perfecto que aprietes esa parte de ti porque antes te hicieron sufrir. Pero ya no mames, no te azotes tanto. Hay que saber amar, dar todo por alguien, morirse en la raya de la pasión, conocer lo bueno, lo malo y lo peor de una persona. Como aquél disco del cual sólo te gustaban dos rolas pero lo escuchabas entero. Así víveme y hazme sentir vivito para seguir coleando por ti. Llegará un día cuando te des cuenta de que tratar mal a un hombre que te ama es la peor cruz que puedes cargar en tu próxima miserable vida.
Soñador. Escritor con los ojos abiertos. Mirada en la espalda. Aprendió a vivir las calles, los buenos tacos y el sudor de las mujeres. México es un puñal clavado en su espalda.
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