Skip to content

No-no-no

Nos negamos a volar aun cuando el viento dirige nuestras alas.

Seguimos insistiendo en quedarnos aun cuando se acerca el devastador huracán.

Ofrecemos nuestras historias a quien sólo se dedica a coleccionarlas.

Perseguimos los rostros que se nos asemejan, pero que más de cerca se les descubren facciones sobrepuestas.

Insistimos en pertenecer a algo, a alguien, pensando que eso hará a nuestro corazón latir.

¿En dónde nacen las sonrisas? ¿Dónde estaban guardadas? ¿Cómo es que salen cuando menos lo quieres? Te das cuenta de que la has cagado, tus latidos te delatan, te has sonrojado.

Loading
Escritora. Escribe para no olvidar(se). Escribe recordando que las letras divagan entre libros e imágenes, por eso se apresura a aprehenderlas. Escribe porque le atraen los instantes. Escribe porque le desespera esperar. Escribe aunque su letra sea todo menos bonita.
Ilustradora. Vendedora de sueños, trompetista en el circo de la mariposa, a veces maga. También pinta y hace flan.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

La culpa de siempre

Ciudad

De esos trayectos interminables recuerdo el olor a hierba y cebolla. Ese olor que me abría los ojos de golpe para por fin…

Escurridiza

Aparato

La abuela… Cuando tenía cuatro meses de nacida, dice, se le cayó al bisabuelo y se rompió un dedo del pie (dice que…

Volver arriba