Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.
«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»
Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.
Ilustradora.
Experta en llegar a casa sin dobladillo, hacerla de pepenador y mantener todo en absoluto desorden.
“La Muñeca” (mote familiar que ganó al nacer por su tamaño convenientemente particular), se inclina por las artes gracias a los monos de perfil con grandes narices de su padre y a la famosa “libreta roja” de recortes y canciones su madre. Su incapacidad de recrear lo real nace a partir del “Alacrán, cran, cran” cuando, en lugar de una imagen, su madre pega uno real… Hace ilustraciones para revistas, libros para niños y de vez en cuando una que otra escultura con chicle o tela.
El frío loop
Carlos era hijo de forense primo de periquero y cuñado de pornógrafo. Jamás hizo nada sin supervisión de su hermano el cocinero y…
Desventura
Pánfilo era un tipo medio soso que trabajaba en el zoológico todos los días de la semana. Hoy lo encontraron muerto adentro de…
Dulce de pasto
Ella era más que un costal de huesos y puñados de esperanza. Ella era sus sueños. De sus maldiciones y malas palabras salían…
Amar por amar
El metro estaba atiborrado. Tuve suerte de que se desocupara un lugar y pude sentarme, me hacía falta porque llevaba mi bolsa, un…