Skip to content

Sísifo o me he de comer esa tuna

Todo era cuestión de tiempo, de plazos cumplidos y nuevos desasosiegos.

Siempre era así, no importaba cómo eran los sueños ni cuáles los deseos, nunca se haría mi voluntad.

Y así, la vida, simplemente la fe ciega, las preguntas muertas, las dudas desvanecidas.

Por eso cierro los ojos, no importa lo que pase, ni lo que pese, esa piedra debe llegar a la cima de la montaña.

Loading
Escritora. «Larga y ardua es la enseñanza por medio de la teoría, corta y eficaz por medio del ejemplo.» –Anónimo
Ilustrador.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

El peso del linaje

Comodidad

El infierno me parece un sitio digno de recordarse: sus interminables horizontes devoradores de luz, las hermosas cascadas de fuego, el río llameante…

Contestar

Llamada

Como todas las reuniones que nada importan para la humanidad no avanzan, se sacó el móvil de su bata de médico, se lo…

Volver arriba