Estuve pensando en que volviste a mí a pesar del mar que se abre entre nosotros. Sobre todo pensé en la distancia: ciega, interior y para sí, ínsula y refugio, holograma apenas perceptible, milagrosa ofrenda que ahora deja que te quiera.
También pensé en los años —esos que en ningún momento fueron tiempo sino una larga tregua— avanzando libres sin saber que así hablaba tu voz.
Siempre hemos sido, pensé. Siempre tú, yo y el devenir.