Skip to content

Caleidoscopía

¿Que si duele despertar?

Yo no lo sé… yo ya estoy muerto.

Lo supe desde aquel día en que me vi al espejo;
reflejo de otro espejo, retrato borroso de un rostro que no es mío,
caleidoscopio del tiempo.

Faccia-mapa desgastado, lleno de grietas mal trazadas,
retrato oblicuo de un viajero sin brújula.

Soy el tiempo sin reloj,
soliloquio de una película muda en blanco y negro
una verticalidad intermitente escurrida de color.

Soy el viento.

Lleguemos a un acuerdo, tú me lees, yo te escribo.

«Había noches en que todo el mundo estaba como esperando algo y yo me sentía como un nómada fracasado, de esos que van a todas partes sin llegar a ningún lado.»

Escribo «adios» sin acento para que no suene a despedida.

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Fábula de la huida

Incertidumbre

Creí que en mi cuerpo se sostenía. Creí que por una vez «vida en común» comportaba un significado. Creía que siempre estaría abrazada…

Volver arriba