Skip to content

40 días

Un serpentario de emociones te hacen ir y venir entre el bosque de mi casa y tus entrañas. Adivino que tus ojos negros están rojos de sueño:

– ¿No has dormido?
– Algo.

Nada menos sale de tu boca, nada más tampoco.

Sentado mirando hacia afuera como si en este cuarto no existiera nadie más:

– Si quieres preparo algo de cenar.

Un silencio denso, de aluminio, recubre nuestras partes desnudas y nos aleja completamente. Sella tu corazón y sella el mío. Contagia y aprieta todo el aire que sentimos ocupando el cuarto por completo.

– Cena tú si quieres, al rato veo.

Las piernas se me aflojan y me desintegro de adentro hacia fuera como una vela.

Imposible enfocar mi mirada en algo menos patético que el desgano con el que me visitas.

Las partículas del aire se comprimen, igual que tu ceño y el mío. Enojados y obtusos nos olvidamos de querernos.

Te dejo.

Saco mis manos de tus alas, saco mi boca de tu nombre, quito mis ganas de tus ganas y me voy por completo de esto que fuimos.

La casa explota.

El impulso de los cuerpos por acercarse, el abrazo apretado de besos en el cuello, el segundo en el que tus ojos vuelven a mirarme. Todos rotos en la sala, intentando repararnos.

– Cambia esas flores, huelen a muerto.
– Somos nosotros mi amor.

Loading
Escritodóloga. Aspirante a poeta. Descubridora del arte dramático en su taza de café. Huye de escribir semblanzas por no hablar de sí misma.
Estudia la carrera en Artes Visuales en la FAD. UNAM y al terminar el Diplomado en Ilustración en la Academia de San Carlos, se dedica a esta labor.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Sueño lúcido en el bungee

Confianza

Fueron mi fijación por Vanilla Sky y las ganas de dejarte atrás lo que me inspiró. Era julio, hace unos años, cuando la…

Vacía

Infancia

Clara abre la puerta y ve a su abuela en el piano tocando a Agustín Lara y a sus tías cantando alrededor. Ve…

La prueba de amor

Primero fue el texto

Nunca me lo diste y lo sigo esperando, entre malas caricias y besos ojetes. Tuve hambre muchas veces y te pedí jadeando algo…

Volver arriba