Skip to content

Algo más que química, algo más que amor

Se creía la más lista de los dos. Tuvieron que pasar algunas semanas para que la pócima del amor hiciera efecto en ambos. Enero la trajo a mis días blancos como el tono de su piel. Tenía planes para cada ocasión que hacían nuestros días un poco más grises pues racionaba escrupulosamente nuestros recursos, incluso los besos y los abrazos. Decía ella que con eso evitaríamos la teatralidad de la relación. Yo quería verla en llamas pero entre más lo deseaba, más pintaba su raya. Cada día que pasaba su voz tejía tramos y tonalidades al conjuro final, aquel en el que pondría las patas de araña y los ojos de borrego a medio morir. Es el séptimo jueves que se nos va entre recuerdos de la infancia y disfraces de conejo. Esta noche la acompaña la claridad del cielo, como un amuleto para sus noches de desvelo. Necesitará más de una pata de conejo para llamar a su suerte, ella lo sabe, ha comenzado a cambiar, la veo desdoblarse, deliberar entre un “te quiero” encubierto y un abrazo revelador. El que se enamora pierde y yo he comenzado a ganar.

 

Error occurred when trying to fetch the file using wp_remote_get(). cURL error 6: Could not resolve host: d2.d2.deletereo.com
The Rolling Stones – Under my thumb

 

Loading
Escritora. Escribe para no olvidar(se). Escribe recordando que las letras divagan entre libros e imágenes, por eso se apresura a aprehenderlas. Escribe porque le atraen los instantes. Escribe porque le desespera esperar. Escribe aunque su letra sea todo menos bonita.
Diseñadora gráfica e ilustradora del instituto departamental de Bellas Artes de Cali, Colombia. Creo y dibujo cuanta cosa se me ocurre y aquí se las dejo esperando que las disfruten.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Nothing but mammals

Primero fue el texto

El instinto gregario, el afán por estar juntos. Coordenadas paralelas, eso que llaman «la época». Hacer historia, pasar desapercibido. Ignorar al pasado, hacer…

Las verijas de Scheherezade

Tempestad

El mismo vértigo que sentirías en el barco de Sinbad atravesando las suntuosas olas del mar de la India en una tarde intestina…

Volver arriba