Será sobre tu espalda, de arriba abajo, entre Saturno y Júpiter; justo ahí en donde los hombres ganan o pierden el honor, donde descansan los elefantes, donde se cocina el pan y se cultivan las guayabas. Tu espalda que fue el punto débil de los dinosaurios y donde reposan los pecados de la humanidad. Será de forma lenta, sobre un velero, silbando con la mente y de puntillas. Será tu espalda porque no hay tierra más sana, más serena e infantil, más rojiza y menos nada. Tendré el pretexto de subir desde el ecuador sobre tu espina, hasta la zona franca y libertaria que son tus vértebras. Quiero que sea tu espalda y sus 43 desiertos de longitud los que me abran la puerta de Babilonia, para regresar donde mis abuelos y sus abuelos y el primer fuego.
Será tu espalda nada más, pues es lo único realmente mío; lo que exista más allá de esta viña es asunto de los matemáticos o los filósofos, de los que esperan y los que mueren desesperados. Ahí será donde nazca la revolución y sobre tu espalda se escuchará la última respuesta. Yo sé que será tu espalda, lo sé desde el primer día en que trepé por el tiempo y quiero pensar que renací seis veces y esta vez volveré en forma de tu espalda y al morir seré una estrella que alumbre el universo. Mientras tanto nada sé que no sea este lecho, esta cuna de vapor que vuelve y crece en espiral. Aquí esperaré a que caiga el diluvio o vuelva a incendiarse Roma.