No hagas más de lo debido
ni salgas con un botón dorado ni la mejor corbata
no digas la mejor mentira
ni dejes de embriagarte un día antes.
Mucho menos gastes los pesos que te quedan.
Nunca sabes cuánto pesan los reclamos y los insultos
hasta que no tienes una cuenta modesta.
La cicatriz de todos es el paraíso de unos cuantos.
De todos modos duele
y no va a dejar de doler porque te lo propongas
ni mucho menos porque te vistas de lentejuela
con todo lo que puedas pagar o deber
con lo mucho que te permitan deber.
Al final no es tan simple
todos queremos llegar a la hora precisa
al estilo preciso al tono preciso
a la aceptación del mundo.
Alguien dirá:
«Este fue el mayor de los cabrones».
Y otros sólo pasarán de largo
y tú ahí
con el eterno deseo de que ya termine.