Lo que sucede, pasa en el cuarto del pintor. Las arrugas ciñen el cuerpo de la modelo y los perros se hacen tersos en el peso del impasto. Los rostros que son lisos están invadidos por ojos gigantescos. Hay pares en el cuarto del pintor: ojos y testículos. Y alguna teta salta fuera de una bata (el tercero siempre mete un contraste). El blanco, en las texturas y en los testículos, es importante en el cuarto del pintor. Algún día pinta su autorretrato. Se ve a sí mismo cargado de arrugas, de tersura, de vejez pintada. Se mira a sí mismo desde abajo, desde los testículos, mientras toma a Nicholas por el pincel: “Para jaspear nuestro mundo. El vino, el café se vuelven nuestros planes, la riqueza de nuestras vidas.”*
*Something is Possible, Nicholas Moore