Skip to content

De hambre

Que el amor cuando tiene hambre devora, decías. Y debe ser cierto porque te has comido todo y sin masticar siquiera. Sin gota de sangre, saliva, sebo o lágrima, mucho menos orina; es más, ya no digamos nada de mis fermentos vaginales.

La próxima vez, advierto, seré yo quien te deje en los huesos.

 

 

Loading

Escritora. Historiadora, periodista por cinco años y diletante profesional.

Antes de cumplir los 30 años decidió probar suerte en toda clase de artes, hasta que encontró su verdadera vocación como catadora amateur de café. Actualmente trabaja en una empacadora de carne en Nueva Zelanda, donde encontró la mejor manera de ganar suficiente plata para pagarse oficios venideros, entre ellos soldadura subacuática y diseño de armaduras.

Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Vergüenza familiar

Vergüenza

I Mi padre nos mira un tanto avergonzado, como si le hubiéramos fallado todos y cada uno de nosotros cinco, sus hijos, sus…

Grasa

Primero fue el texto

Mira, paps, el chiste nada más es chingarle, venir a pegarle recio y diarina y huevo. ¿Ya habías entrenado antes? Ahuevo. Vamos a…

Volver arriba