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El polvo de las estrellas

Dos estrellas cayeron del cielo un día. Estaban en lo más alto y sus descensos fueron vertiginosos. Eran de mundos diferentes y opuestos, por lo que no se conocían entre sí. Sus ojos echaron chispas cuando finalmente se encontraron, admiraron sus pieles blancas y sus cuerpos perfectos. Él solía cantar sobre el amor y su proceder era muy recto, ella actuaba de manera muy correcta, era hermosa y solía llorar con facilidad, por lo que todos la amaban. Cometieron errores y fueron expulsados por los amos y señores. Aún traían residuos de su brillo y juntos volvieron a brillar de nuevo. Ambos decidieron echarse el polvo que los elevaría de nuevo hasta insospechadas alturas. Se supo en todo el universo y por ello a cada uno lo contrataron de nuevo en su respectiva televisora. Después de eso se veían muy ocasionalmente para echarse otro polvo y hablar sobre España, tierra de donde por cierto, ambos eran originarios.

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Escritor. Monterrey, Nuevo León, 1976. Monterrey, Nuevo León, México. Obtuvo el premio de cuento de la revista La langosta se ha posado 1995; el segundo lugar del premio de minicuento La difícil brevedad 2006, y el primer premio de microcuento Sizigias y Twitteraturas Lunares 2011. Fue becario del Centro de Escritores de Nuevo León. Ha colaborado con textos en las revistas Literal, Urbanario, Rayuela, Oficio, Papeles de la Mancuspia, La langosta se ha posado, Literatura Virtual, Nave, Umbrales, la española Miasma y la argentina Axxón. Ha sido incluido en las antologías: Columnas, antología del doblez, (ITESM, 1991), Natal, 20 visiones de Monterrey (Clannad 1993), Silicio en la memoria, (Ramón Llaca, 1998), Quadrántidas, (UANL, 2011) y Mundos Remotos y Cielos Infinitos (UANL, 2011).
Ilustradora. El color es una constante en mi trabajo. Algo tan cotidiano, para mí se transforma en un algo único, ilimitado, sin horizontes visibles, en algo infinito que puede introducirse en un formato simple como el papel. Desde mis emociones más íntimas hasta mis estados de ánimo están contenidos en los trazos, los únicos a los que no puedo mentir ni engañar. De ahí que cada pieza tenga un énfasis particular en cada trazo, en cada mancha, en cada rayón, en cada línea, aunque tengan la apariencia de un accidente. Cada accidente está premeditado. La experimentación con los materiales es otro recurso que uso para destacar detalles. No tengo un tema específico pero me gusta dibujar mujeres y gatos o un híbrido de ambos; la mayoría de las veces dibujo lo que imagino. Todas mis ilustraciones guardan una parte de mí: en ocasiones, secretos e historias no contadas, sueños e invenciones de personajes que no podrían existir en otro lugar más que en mis trazos y mente. Sin embargo, todas están siempre abiertas al público para dar pie a que cada espectador pueda crear su propia historia, sus propios personajes, para que inicien una nueva narrativa. A la edad de 24 años, soy egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas –de la Licenciatura de Diseño y Comunicación Visual– y de la Academia de San Carlos con un Diplomado en Arte Contemporáneo. Actualmente me dedico a la ilustración y la docencia.
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