No se me ocurre nadar
En tu gruta kárstica, en tu río subcutáneo, en tu discontinuidad de Lehmann. En tu corazón de fruta, en tus ojos sésiles, en…
El vigilante
Lo veo en cuanto entra al supermercado. Desde que empecé a trabajar aquí descubrí a los de su especie. Me he dedicado a…
Una piel que no fue nuestra
Insistí en comenzar de nuevo, en saludarte como si no nos conociéramos, en evitar preguntas absurdas que revivieran memorias obsoletas y que alimentaran…
Sorpresa non grata
Abuelito, para cuando escuches esto yo ya estaré bien muerta. Seguro te estarás preguntando por qué tengo esta voz de pito. Soy yo,…