Skip to content

Hágase la luz

El asunto de mi cabeza siempre ha sido curioso.

Al principio sólo me sirvió para darme de topes, pues tardé en entender este asunto de no poder traspasar la materia, cual dios inmortal que creía que era.

Un día, seguramente ya cansado de mi propia obstinación, vislumbré, por fin, que también había una puerta y no sólo paredes.

Una entrada a otro círculo del círculo, a un lóbulo desconocido en donde no existe otro yo más que el mío: realidad única sin soledad, sin miedo.

Y al final de cuentas todo este asunto de mi cabeza no es más que electricidad, electrones caprichosos, puentes de luz, luciérnagas de camino: mi sendero: el único. Realidad fluorescente: mi realidad: la única.

 

Loading
Escritora. «Larga y ardua es la enseñanza por medio de la teoría, corta y eficaz por medio del ejemplo.» –Anónimo
Ilustradora. Vendedora de sueños, trompetista en el circo de la mariposa, a veces maga. También pinta y hace flan.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Una historia chica

Ansiedad

Sucede que se nace debajo de una historia —la grande— que pasa por encima de unos, que adoquina sobre la memoria de unos…

Canto

Sorpresa

Soy hombre cíclope porque puedo cruzar las invisibilidades Soy hombre bestia porque puedo andar por el bosque más húmedo y no ennegrezco Soy…

Volver arriba