Escucho murmullos, quejidos, gritos, y no son fantasmas, sino otras mujeres. Yo sólo espero que él venga y se lleve lo que me queda de digna. Me comporté. Fui puta. Fui su porno dama. Aquí me tiene, encerrada, con sobredosis de soledad. Paciente. Sé que si logra abatirme no volverá a probarme, y guardo la esperanza de volverlo a sentir teniéndome entre sus piernas. Me vendrá a encontrar ya muerta para chupar mis huesos. Y en el otro mundo, tendré un orgasmo eterno de cuerpo no presente.
Soñador. Escritor con los ojos abiertos. Mirada en la espalda. Aprendió a vivir las calles, los buenos tacos y el sudor de las mujeres. México es un puñal clavado en su espalda.
Con su abrigo de señor correcto
Mauricio era un tipo respetable. La gente respetable no se equivoca. ¿Qué hay de respetable en el error? No, no, no. El caso…
Alquimia de un alma rota
Nadie supo de él. Un día, sólo desapareció. Había encontrado un pasaje secreto en su habitación que lo llevó a una caverna lúgubre,…
La tisana de Luisa
Dejó de llorar cuando le quedaban doce lágrimas para secarse por completo. Días después de ver como moría cada uno de sus recuerdos,…
Doble cara
No dejes para tu boca lo que debes escupir, para tus ojos lo que debes llorar ni para tus oídos lo que acabas…