“El frío, en sí, es la ausencia de calor, tratándose por lo tanto de una consecuencia del calor, y no de un fenómeno independiente. […] la sensación de frío es algo subjetivo y relativo.”
Fuimos una buena historia, de esas que al contarlas esperas saber más, de esas en las que al escucharlas intentas devorarte los instantes para sentir que tú también los has vivido. Fuimos un inicio accidentado, palabras al oído que pasaban tan cerquita del corazón que toda la piel se erizaba por completo. Fuimos un golpe de calor en una etapa de sucedáneas tormentas. Fuimos personajes de un cómic futurista. Ahora soy un personaje de tus historias de ficción, formo parte de tus catálogos de villanos y criaturas de terror.
Pero tú para mí sigues siendo un choque de temperaturas, con sólo recordarte mi estómago brinca y mis ojos me queman, en mis mejillas corren sales, mi nariz se tapa y mi garganta se seca.
Tu presencia me nubla, encandilas. Algo hicimos mal, no tendría por qué sentirse así, como un cuarto deshabitado en donde la ausencia de cuerpos recrea una ráfaga de lo que pudo ser.