Skip to content

La casa de mis sueños

Te escribo esta carta con el pensamiento.

Pocas cosas han cambiado desde que te hice a un lado de mi vida. Sigo aquí.

La casa de mis sueños está callada y somnolienta. Y no es mi culpa ni la tuya, es del puto tiempo que no deja de reinventarse en todos lados, en todo momento. Afuera está la vida, sucediéndole a todos mientras no hacen otra cosa más que pensar cómo deben vivirla.

Es que, te lo digo en serio y angustiado, la casa de mis sueños está callada y somnolienta. Debe ser este porro que aún no abandona mis pulmones por completo, debe ser el exceso de suspiros o debe ser la ausencia de palabras.

(No hay mucho más que escribirte.)

Estoy obligado a pensar menos pues la casa de nuestros sueños -además de callada y somnolienta- está reduciendo el espacio donde una vez cupo nuestra felicidad.

Ahora hay tan poco lugar para respirar que -con suerte- el humo se hará uno con las ganas de desaparecer y juntos saldrán por la chimenea.

Aquí te espero.

 

Loading
Escritor. Hombre bueno, de mal genio. Escribo, leo, vendo, imagino y fumo cosas.
Ilustradora. Silvana Ávila, aka Miss Tutsi Pop, no es una cosa ni una categoría, al parecer es un verbo, un proceso en evolución, una función integral del universo.
Anterior
Siguiente

No pares, ¡sigue leyendo!

Karina Citadina

Ciudad

A la entrepierna de Karina la han llamado de mil formas. Detrás de un escritorio, entre filas de butacas, sobre inodoros públicos o…

Todo o nada

Amor y amistad

Amor, eterno pasillo de posibilidades finitas; una carrera de obstáculos cargada de adrenalina y deseo. Efímero, posible e imposible, a primera vista y…

Volver arriba